La segunda charla en el acampe frente al Congreso nacional abordó los impactos del Decreto 801/2018 del Ejecutivo nacional que eliminó áreas e introdujo modificaciones en la estructura ministerial, afectando carteras estratégicas del Estado. Lxs delegadxs generales de ATE Cultura, del CONICET y de Trabajo detallaron cuál es la situación en cada uno de esos sectores.
Gabriel Bober, de ATE CONICET de Capital, organismo dependiente de Ciencia y Tecnología, expresó: “Para el Gobierno, claramente estos sectores son un gasto. El déficit cero no afecta a todos por igual, afecta a los trabajadores, a la clase media, sin embargo, los sectores que se benefician con la especulación financiera, los bancos, los grandes grupos agropecuarios, están ganando”.
Bober coincidió en que el sector sufre el ajuste y el achique desde 2016, “con despidos, con salarios miserables, con la aplicación de políticas terribles como el control biométrico o el presentismo”. A su vez, remarcó que ahora lo que ocurre es una radicalización de ese rumbo. “Hoy la degradación del salario hace que haya un nuevo flujo de compañeros y compañeras de este sector que se fugan al exterior, incluso dentro de América Latina, tentados por mejores salarios”, alertó.
A su turno, Hernán Izurieta se refirió a la situación en el ex Ministerio de Trabajo. “La degradación de esta cartera deja en claro que este Gobierno deja de considerar al trabajo como un derecho y piensa a lxs trabajadorxs sólo en términos de costo salarial”.
A su vez, señaló que hay áreas que desde hace tiempo son críticas dentro de la Secretaría. Una, la de Seguridad Social, que pasó al ámbito del Ministerio de Desarrollo Social. “El traspaso supone romper con la idea de la jubilación asociada a un trabajo registrado, para ponerla como una cuestión relacionada a la emergencia”, explicó. Otra área afectada es la Secretaría de Empleo, que atraviesa una fuerte parálisis producto de la sub-ejecución presupuestaria y el retiro de los territorios.
Manuel Cullen, representante del gremio en la ahora Secretaría de Cultura, explicó que desde la junta enmarcan la degradación en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. “Lxs estatales ya sabemos cómo termina y qué implica el déficit cero. Si bien en Cultura el recorte empezó hace dos años, ni bien asumió esta gestión, con la sub-ejecución presupuestaria en 2017 y 2018, ahora vamos a ver una parálisis en todas las políticas culturales que se realizan”, indicó.
“Ya lo vimos en las bibliotecas populares que este año no recibieron libros, en las funciones que se cancelan, en los techos de los museos que se caen porque se paran las refacciones.”, ejemplificó.
“No venimos a mendigar unos pesos más para, en nuestro caso, la Cultura, sino a rechazar, con el conjunto de lxs trabajadores este presupuesto que significa más hambre para el pueblo argentino y más ajuste para áreas claves.”, cerró Cullen.
Fuente: agenciacta.org