Vuelve la revista Malas Palabras al formato físico

Tras dos años de haber frenado la producción gráfica de la revista, vuelve a dicho formato con el número 104 de Malas Palabras.

LAS MALAS PALABRAS DE SIEMPRE

Parece ser que el destino de las palabras ha sido convertirse en “malas”. Carlos Fanjul y su equipo de laburo decidieron en aquellas primeras tiradas y hasta el último número anterior a este (pandemia y virtualidad mediante) adjetivar a las palabras con el rótulo que el hábito les ha dado a las que no condicen con los cánones del poder. Te lo agradecemos Carlos, eso, y todo el conocimiento, la militancia, el periodismo y la conciencia que pusiste en páginas donde las “malas palabras” intentaron colársele al poder desde «inadmisibles» términos como “Igualdad, equidad, lucha, trabajadores, movilización y justicia”, por ejemplo.

Esta revista nació y creció en la honestidad y profesionalidad de un compañero con todas las letras, y al que seguimos consultando en este nuevo momento.

Volvemos a la revista en papel: la pandemia nos paró dos años pero aquí estamos, a pesar de lo caro y taimado que tienen al producto las empresas que intentan también monopolizar la palabra.

Tal vez al tacto de la hoja podamos sentir mejor cómo nos tocan, nos manosean, nos dan vuelta como a una media, nos corren la cancha, nos marcan el naipe, nos llenan de silencios.

Y entonces se quedan ellos decidiendo por nosotros… nada menos que ellos, los mismos de siempre; los que ponen el precio al pan y a la yerba, el abono del cable, la zapatilla, el colectivo, las medias y las enteras que nos toca usar.

Pero, como decía un viejo Compañero: «Me tiran el poncho para que lo pise, pero yo les camino por la orillita». Por esa orillita iremos ventilando las verdades y las miserias, proponiendo, fundamentando, dando el debate. El poder económico juega todas sus cartas, siempre lo hizo y siempre lo hará. Hace tiempo que han dejado de recurrir a los habituales golpes militares; ya están fuera de moda. Tienen en cambio mejores ideas, más modernas y eficaces, ya han sido dichas tantas veces que cansa repetirlas: Los medios de comunicación, el monopolio de los alimentos, el uso y concentración de las nuevas y abrumadoras tecnologías. También con lo que llaman “justicia”, una verdadera herramienta que golpea a la democracia sin escrúpulos ni pelos en la lengua. Justicia y medios de comunicación caminan juntos. Toda barbaridad judicial parece ser posible de sostener a través de la televisión, de los diarios, de la radio, de la internet. El Partido Judicial está por encima de los demás partidos políticos, tiene millones de afiliados y afiliadas. Los medios instalan las verdades que quieren, las que deciden por mandato superior.

Malas Palabras serán entonces las mismas de siempre: Las que se asomen entre los huecos de la lucha diaria, las del reclamo y el brazo en alto, las que se escuchan en las movilizaciones, en las organizaciones sociales, sindicales, políticas, artísticas, en las columnas de los derechos humanos, las voces de la patria grande, las que dice y vive a diario nuestro pueblo y su lucha.

Elvio Zanazzi – Coordinador Editorial Malas Palabras

Link a la página: https://malaspalabras.org/las-malas-palabras-de-siempre/

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