Total repudio a la violación de prisión domiciliaria del genocida Catalán
La CTA Autónoma de Buenos Aires repudia absolutamente la violación de la prisión domiciliaria del ex juez federal designado por Jorge Rafael Videla, Roberto Catalán, quien fue filmado caminando libre en las calles de La Rioja.
El video es contundente y lo muestra llegando a su casa, en la capital de La Rioja, con una bolsa de compras en la mano. Y al advertir que estaba siendo filmado con un teléfono celular, el ex juez federal Roberto Catalán, designado durante la última Dictadura Cívico-militar, desafió: «¿Me vas a sacar una foto?».
Catalán fue condenado en 2016 por la justicia a doce años de cárcel, al responsabilizarlo como autor material de privación ilegal de la libertad y tormentos y participe necesario en el homicidio de una víctima, así como en los secuestros y tormentos aplicadas a otras diez personas.
Durante ese juicio, a partir del relato de varios testigos y sobrevivientes, se probó que el ex juez «tomó declaración a detenidos vendados, esposados y vigilados por guardias del ‘Instituto de Rehabilitación Social’ que portaban armas».
«La única prueba de cargo que tuvo el juez Catalán para condenar a las personas en las causas por la violación a la ley 20840 fueron las declaraciones indagatorias tomadas bajo tortura», revelaron los fiscales.
Al respecto Emiliano Hueravilo, secretario de Derechos Humanos de la CTA-A bonaerense aseguró que en primer lugar «Catalán, como todos los genocidas, deben cumplir condena en una cárcel común, de manera perpetua y efectiva. Sin embargo muchos, de estos nefastos personajes obtuvieron el beneficio de la domiciliaria, y vemos que ni siquiera eso cumplen».
Asimismo indicó que desde la CTA-A «exigimos al gobierno de La Rioja, y al gobierno nacional, que tomen cartas en el asunto para hacer que estos genocidas paguen por todo el daño causado. No puede ser que caminen libres por las calles como si no hubiera pasado nada».
«Vamos a continuar exigiendo justicia por nuestros treinta mil compañeros y compañeras desaparecidas, y cárcel común, perpetua y efectiva para cada uno de los genocidas», concluyó Hueravilo.