La crisis en los hospitales no se toma vacaciones
La falta de médicos y el cierre de servicios no aflojan a causa de los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo. Los profesionales advierten que “no alcanza” con el plan del gobierno para mejorar las guardias.
Pasan los años y los hospitales bonaerenses no logran curarse de su peor enfermedad: la falta de médicos a causa de los sueldos bajos y las malas condiciones laborales, combo que repercute en el nivel de atención de los pacientes, quienes día tras día se sienten frustrados en consultorios y guardias.
Estas ausencias tienen su origen en la falta de atractivo de la salud pública en la Provincia de Buenos Aires: el salario inicial de un profesional ronda los 20 mil pesos con 36 horas laborales a la semana, mientras que en Capital esa misma persona cobraría más de 25 mil, trabajando entre 6 y 12 horas menos.
Algo similar ocurre con los reemplazos de guardias de 24 horas durante los fines de semana, ya que en el ámbito bonaerense se pagan entre 5.800 y 6.900 pesos, alrededor de un 60% de la retribución en la Ciudad de Buenos Aires o en centros de salud privados.
“La dificultad actual más grande es la de los recursos humanos. Los bajos salarios y las malas condiciones laborales hacen muy duro conseguir personal. Esto se traduce en servicios que funcionan como pueden, con menos gente de lo que deberían y guardias que algunos días se quedan sin especialistas”, resumió el panorama general el titular de CICOP, Fernando Corsiglia, en diálogo con DIARIO POPULAR.
En ese sentido, lamentó que “el salario inicial hace muy poco seductor ingresar al sistema público” y graficó: “Hacés dos guardias en un sistema de ambulancias y ya tenés el salario equivalente en la Provincia”.
Sin embargo, Corsiglia dejó en claro que los motivos económicos no son los únicos que alejan a los médicos de los hospitales bonaerenses. “Las características de atención son más complejas. Existe una altísima demanda, una mayor afluencia de pacientes y mucha complejidad. En esos lugares, un sólo profesional no puede hacer dos o tres cosas a la vez. Hoy pasa que un pediatra o un clínico hace guardia, consultorio, sala y derivaciones, una tarea para tres o cuatro”, apuntó.
Entre las especialidades con mayores problemas enumeró: “Son las que tienen más demanda y hay que cubrirlas de manera sistemática: Neonatología, Pediatría y Terapia Intensiva. Muchas maternidades van a menor ritmo del que podrían porque no pueden garantizar las guardias todos los días”.
“Esto repercute en el paciente, que termina peregrinando por distintos lugares hasta que consigue ser atendido, sacrificando estar cerca de su lugar de vivienda y gastando más de la cuenta”, lamentó el titular de CICOP. Incluso, advirtió que esto puede derivar en episodios de violencia: “Buena parte de esos hechos tiene origen en la falta de respuestas del hospital, las grandes demoras en la atención o las listas de espera para cirugías o atenciones de especialidades”.
“Está afectado el sistema de emergencia y el de atención habitual, como salas y consultorios. Hay lugares que se jubila un especialista, no lo reemplazan y ese hueco es una tremenda afectación de la calidad. Gran parte de los episodios de violencia se podrían prevenir teniendo planteles completos, con capacidad de respuesta adecuada a la necesidad”, analizó el profesional.
Y destacó que “hace unos años había un mix de funcionamientos de respuesta rápida para evitar demoras, favoreciendo ingresos y egresos de pacientes y familiares, así como presencia policial”, pero lamentó: “Con el gobierno actual esto ha quedado pendiente. Avanzó con un planteo de aumento de penas a quienes cometen actos de violencia en servicios de salud, pero para nosotros la cuestión fundamental es lo que se puede hacer para prevenirlos”. En cuanto a la infraestructura de los hospitales, Corsiglia precisó que la gestión de María Eugenia Vidal“inició algún proceso de mejora en las guardias, pero no hay un plan de integral y va a haber hospitales que convivirán con una guardia moderna y laboratorios en los que lluevan; se necesita una inversión mucho más importante para que todo esté en consonancia”.
A su vez, valoró que “más allá de temas de gestión” no hay problemas con los insumos, mientras advirtió que la aparatología “en general funciona adecuadamente, pero cuando se rompe un aparato cuesta mucho, porque tarda bastante en repararse y genera una sobrecarga en otros centros de la zona”.
El profesional consideró que una posible solución está en manos de la Provincia: “No observamos que el Ministerio de Salud haga políticas que tiendan a revertir esto, más vale lo contrario. El presupuesto de 2017 fue bajado al 5,6% y este año volvió al 6,3%, como en 2016. Pero no debería estar debajo del 10% si se quiere fortalecer el sistema público, porque este año va a volver a pasar que se termina el dinero en el segundo semestre y empiezan los problemas”.
“Los funcionarios nos suelen decir que en algún momento vamos a ver que se vuelcan más recursos, pero cada vez que nos sentamos a conversar, la primera respuesta es ‘no se puede’”, alertó Corsiglia.
Fuente: Prensa CICOP