UST: acercando al territorio el derecho popular a ser estudiantes
El Bachillerato Popular Arbolito de la UST junto al Programa de Inclusión educativa de la UNDAV, protagonizaron el cierre del programa “Sigamos estudiando”.
Fue el viernes 23 de septiembre cuando se reunieron estudiantes del plan FinEs y bachilleratos en la sede que dicha universidad tiene en Piñeyro.
El objetivo de la jornada, que reunió a estudiantes de instituciones de Wilde, Villa Domínico, Dock Sud, Villa Corina, Avellaneda, entre otros distritos, tuvo como meta realizar algunos talleres dinámicos, a cargo de integrantes y coordinadores de la Universidad de Avellaneda, a partir de una serie de talleres colectivos y dinámicos.
El eje principal de la actividad fue que las/os presentes puedan proyectar su futuro universitario y saber que una vez finalizado sus estudios secundarios en los bachilleratos y FinES, la universidad les abre las puertas a todas/os con numerosas carreras.
Acercarse a la universidad y conocer las posibilidades que ofrece para continuar los estudios:
Durante la estadía de los estudiantes del Bachillerato Popular Arbolito y de otras instituciones, el equipo de comunicación de la Cooperativa UST dialogó con las/os encargados de llevar adelante la actividad.
Allí, Liliana Elsegood, Secretaria de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Avellaneda, detalló el porqué del taller: “Estamos trabajando, concluyendo un momento importante de un programa que se llama “Sigamos estudiando”, del Ministerio de Educación de la Nación. La idea es que los estudiantes de los FinEs y los bachilleratos conozcan la universidad y las posibilidades que tiene para que continúen sus estudios”.
Asimismo, profundizando sobre lo realizado y el rol trascendental que tiene la universidad en dicho programa, Diana Abramo, coordinadora de Inclusión Educativa de la Extensión Universitaria, indicó: “Coordino este programa, entre otros, donde fuimos haciendo todo un trayecto en el territorio con profesores y coordinadores nuestros de la UNDAV, donde fueron armando toda la idea de poder seguir en la universidad y de las posibilidades que tenían. De acercarle este derecho popular de ser universitarios para todas y todos. Concluimos la jornada, la festejamos porque vinieron un montón de estudiantes cercanos a nuestra universidad. Los tenemos ahí cerquita para llamarlos estudiantes. Queremos que tomen nuestra propuesta como una idea posible”.
A su relato, otra compañera que también es parte la Coordinación de Inclusión Educativa de la Extensión Universitaria de la UNDAV, Vanina Montes, señaló: “Realizamos este encuentro como cierre de un programa que llevamos al territorio y se llama ¨Sigamos estudiando¨. Viene para pensar en los bachilleratos y en los FinEs, en qué hacer después de concluir allí esa etapa.”
A su vez, Montes enumeró de dónde eran las instituciones que formaron parte del programa y lo que se buscó trasmitir: “Participaron instituciones de Lomas de Zamora, Villa Fiorito, Dock Sud, Villa Corina, Wilde. Estamos muy contentos de las comisiones que las visitamos durante 3 o 4 jornadas donde estuvimos pensándonos en la chance de seguir estudiando, desmitificando algunos mitos de la universidad y llevándoles a los estudiantes esta idea de que es para todas y todos. Estés donde estés podes seguir estudiando, ya sea en la Universidad Nacional de Avellaneda como en otra facultad. La idea es que nos pensemos en este seguir estudiando y que no termina todo en el FinEs o los bachilleratos. Hay más para todas y todos. Acá la UNDAV las y los esperamos con los brazos abiertos”, cerró Montes.
Derribando mitos a través del juego:
La tarde, de la que participaron más de 100 estudiantes de distintos bachilleratos y FinEs, giró en torno a una variedad de juegos con el objetivo de transmitir entusiasmo por continuar con los estudios una vez terminado el secundario, viendo qué camino universitario es posible. Tal como describió Pilar Melo, parte del equipo Construyendo Horizontes Posibles de la Extensión Universitaria de la UNDAV: “Recibimos a estudiantes de los FinEs y bachilleratos de distintas localidades y trabajamos algo más lúdico, corporalmente qué es lo que tratamos nosotros para traer la universidad. Armamos 4 estaciones. Allí trabajamos el “Bingo andante”, donde rompíamos lo que son los mitos de si se puede estudiar siendo mamá o papá. Si hace falta tener dinero para estudiar, si se necesita posponer el trabajo para poder hacerlo. Esos mitos que muchas veces nos sacan la importancia de poder encontrarnos ese lugar para poder estudiar. Otro juego fue “La tabla de emociones”. Qué emoción encontramos y vemos al momento de ingresar a la universidad. Ahí estaba la instancia de la alegría, la tensión, la tristeza, el miedo… A veces la resignación, el ¨no puedo´´, y ahí cada uno de los chicos pudo sentir, ver esa tabla en el piso y allí encontrar puntos de identificación”.
En otra estación estuvo “El rio revuelto”, que trazó una metáfora con la pesca. Allí, según explicó Melo: “Cada uno de los peces llevaba una frase: esperanza, compañerismo, trabajo en equipo, etc. Eran muchas frases muy lindas que tienen que ver con el progreso en la universidad y que a cada uno le impactan de forma diferente. Una de las compañeras dijo que salió mucho la frase compañerismo y eso no es solo entre compañeros/as, sino con la familia. La solidaridad del compañero cuando a veces uno tuvo que faltar y hay otra persona que te pasa los apuntes. Uno que no pudo llevar para comer y ahí está el compañero que llevo mucha comida. Ese compañerismo se vio reflejado y también el derecho a la educación. Muchos estudiaron en bachilleratos y FinEs y, por alguna razón, no pudieron completar sus estudios, entonces el derecho fue la razón por la cual estamos acá”.
Parra cerrar el relato, Melo contó: “El último juego, que es el que más me gusta, es “¿De qué lado estas? Es el momento en donde nos sinceramos con nosotros mismos. Y se notó el compañerismo. Eso de tener empatía con el otro/a, de decir “eso también a vos te gusta”. Preguntamos quién lleva viandas, algunos sí y otros no, y ahí salió esto de compartir. Quiénes están trabajando y quiénes no (…) Quiénes tienen hijos…y la gran mayoría se nos puso del lado del sí y de igual manera están terminando el secundario. Una de las preguntas más lindas fue si quieren seguir estudiando. Ahí, las respuestas fueron un 70% que sí y 30% que no. Con ese 30% pudimos hablar y muchas veces se ve muy lejos la universidad. Cuando saben que terminando el FinEs, el bachi, el siguiente paso pueden entrar si quieren y si pueden a los cursos profesionales, una tecnicatura, una licenciatura. A lo que se sientan cómodos. En esta universidad tenemos mucha variedad, como en todas. La idea es que puedan seguir estudiando y, como decía una compañera, una chica entró toda encorvada diciendo “yo no puedo estudiar” y cuando se recibió de enfermera se fue con la frente en alto”.
Lo que le dejó al Bachillerato Popular Arbolito de la UST la visita a la UNDAV
Luego de la jornada en la UNDAV, educadores y estudiantes del bachi sintetizaron los aportes que les brindó dicha experiencia
Oscar de los Santos, educador de la institución: “Fuimos a la UNDAV, como parte de un ciclo que estamos haciendo desde el bachi de realizar visitas a distintos centros educativos para poder incentivar, motivar a los alumnos para que conozcan el ámbito universitario y los profesorados. Nos contactamos con la gente de la UNDAV y ellos tenían planeados una serie de talleres informativos. Concurrimos con 1º, 2º y 3º año. Nos recibieron de manera muy gratificante. Nos comentaron de qué se trata la universidad. Es pública y se acerca a la gente. Creo que fue muy enriquecedor porque los estudiantes pudieron comprobar que no es algo lejano, sino accesible para todos/as. Realizamos talleres, propuestos por la universidad, que incluyeron 4 estaciones, donde se trabajó la motivación y cuáles serían las expectativas para los alumnos”.
El profesor de física, química y biología del bachi agregó:“Como experiencia también me gustaría destacar que los estudiantes se llevaron una impresión muy positiva de lo que es la universidad pública: No es algo para gente que tiene otro tipo de recursos, sino para el que trabaja, que tiene familia, que puede concurrir a veces con los hijos. La universidad pública tiene esa manera de trabajar. Es muy importante porque llega a todos aquellos que tienen ganas de estudiar, de salir adelante, de concurrir. En la universidad pública se respetan los tiempos, la situación de cada uno y eso es muy valioso. Con eso nos encontramos cuando fuimos a visitar la UNDAV. Los estudiantes del bachi volvieron muy motivados, sabiendo que es posible estudiar. Que no es algo para otra posición económica, sino para que todos podamos concurrir. Eso lo destaco y también a la gente de la Universidad Nacional de Avellaneda el trabajo que hicieron para recibirnos a nosotros y a otras instituciones que son muy parecidas al tipo de enseñanzas que nosotros pregonamos”.
Por su parte, Verónica Malecky, docente de lengua y literatura de Arbolito sostuvo: “Lo más importante es que los estudiantes se dieron cuenta que la universidad es parte suya. No es algo lejano ni imposible. Eso fue muy bueno, muy fuerte y pudieron ver que había un montón de carreras que ni se imaginaban y que la tienen acá cerca, en el barrio, porque pertenece a Avellaneda y ellos son de acá. Fue un descubrimiento para algunos y una responsabilidad de decir “uh esto lo quiero estudiar, lo tengo acá, que es gratuito”.
La educadora sostuvo: “Una de las cosas que más me gustó y me llamó mucho la atención fue que los estudiantes del bachi iban con una expectativa. Iban a ver cómo se les dictaba una cátedra sobre qué oficio podían elegir. Sin embargo, cuando llegaron allá vieron que fueron muy bien recibidos y se sintieron parte de la universidad. Parte de los chicos que trabajan ahí, parte de otros grupos, y eso fue muy significativo para ellos. No era algo lejano. La universidad pueden ser ellos. Eso los trajo muy contentos. Ser parte es importante también”.
Por otro lado, estudiantes del bachillerato relataron su experiencia en la UNDAV:
Ruth: “Lo que hicieron en la UNDAV, con los juegos, me gustó porque hubo una parte en que ellos te invitaban a expresar en un papel, cómo te sientes, emocionalmente, estudiando. En uno de los papelitos decía confianza, miedo. Yo, la verdad que sentí confianza, tranquilidad. Como que estoy segura de lo que quiero, de lo que voy a hacer, y me gustó lo que ellos hablaban y como yo veo las cosas de la universidad, veo que nos dan confianza. Me siento segura de poder entrar a la universidad y estudiar lo que quiero. Me siento bien. Me gusta mucho leer y lo que voy a hacer es eso, aprender más y más. Obvio que voy a ingresar a la universidad. Me dieron la seguridad de entrar a esa. Pienso seguir una vez que termine en el bachi. Me vi acá, como son los profesores de Arbolito, que podemos contar con ustedes. Me vi en la universidad y me reflejé como estar en el bachillerato. Eso me gustó”.
Ayelen: “Me pareció interesante la manera que nos recibieron. Lo hicieron con juegos y en esos nos mostraron varias cosas. A su vez, nos enseñaron a familiarizarnos con los compañeros. Fue lindo, algo diferente.”
Claudia Soria: “Nos dimos cuenta de que no es difícil. Nunca he tenido la posibilidad de visitar una universidad y, al tener esa chance, se nos abren puertas para poder seguir estudiando”.
El origen del programa “Sigamos estudiando”
La actividad de la UNDAV fue realizada por su Secretaría de Bienestar Universitario (SBU), a través del Área de Participación Universitaria, dentro del ciclo de talleres y encuentros junto a estudiantes secundarios del distrito de Avellaneda, en el marco de la convocatoria “Sigamos Estudiando: Universidades comprometidas con el derecho a estudiar” (Resolución 2021/292 APN ME), impulsada por la Dirección Nacional de Desarrollo Universitario y Voluntariado de la Subsecretaría de Fortalecimiento de las Trayectorias Estudiantiles de la SBU. La misma, tiene como finalidad acompañar la terminalidad del Nivel Secundario y fortalecer el acceso, la permanencia y la promoción en el Nivel Superior.
En dicha jornada, vimos cómo a través de una propuesta lúdica y participativa y un posterior intercambio de problemáticas, los estudiantes pudieron derribar mitos y eliminar creencias limitantes respecto del ingreso a la universidad. Comprendieron que estudiar una carrera es un proyecto posible y realizable, que la mayoría de los que se reciben están en la misma: Con hijos, con trabajos, con limitaciones económicas. Pero con muchos sueños por cumplir y con un espacio de contención colectiva donde podrán concretar la construcción del futuro anhelado.
Fuente: Equipo de Comunicación UST