Los Pueblos Originarios mantienen viva la memoria y la pelea por sus derechos
En el Día del Respeto a la Diversidad Cultural la CTA Autónoma bonaerense ratifica el acompañamiento a los Pueblos Originarios en la lucha por la defensa de sus derechos, así como también por el absoluto reconocimiento de sus autoridades. Y en ese sentido se exige la prórroga de la Ley 26.160 y que se destine el presupuesto necesario para su ejecución.
La Ley 26.160 fue sancionada en 2006, con un plazo de vigencia de 4 años, a efectos de dar respuesta a la situación de emergencia territorial de las Comunidades Indígenas del país, en consonancia con el Artículo 75, Inciso 17, de la Constitución Nacional y dando cumplimiento parcial al Artículo 14 inc. 2 del Convenio 169 de la OIT. Fue prorrogada en tres oportunidades por la cual su vigencia vence en noviembre de este año. Ante esta amenaza, los 33 pueblos originarios que habitan lo que actualmente es territorio argentino, protagonizaron una Jornada Nacional de Lucha el pasado miércoles 6 de octubre con movilización en todas las provincias.
Al respecto Miriam Liempe, Secretaria de Relación con los Pueblos Originarios de la CTA-A resaltó la importancia de la movilización y, minutos antes de ingresar junto a la comisión de hermanos y hermanas de los distintos pueblos, exigió que “La Ley sea prorrogada de inmediato, con presupuesto para su ejecución e información a los hermanos y hermanas de cómo se gasta y de cómo se va a realizar el relevamiento territorial. Hay que detener los desalojos y la violencia contra las comunidades”.
En cuanto al Día de Respeto a la Diversidad Cultural Liempe afirmó que «el 11 de octubre es el último día de libertad de los pueblos, entonces se lo toma como un día de reflexión. Los pueblos empezaron a caminar y a salir pidiendo sus derechos cuando empezaron a organizarse y a empoderarse de que podían todavía reclamar sus derechos como pueblo. Esa construcción política se hizo por la resistencia en los territorios, y también por una reafirmación de identidad».
«Estamos en plena construcción del RUNASUR, camino hacia una América Plurinacional. Es una construcción colectiva, social y cultural de reconocernos como sujetos políticos, ya no se puede prescindir de que estén los pueblos en una construcción política», aseguró Liempe. Y destacó que «esto se pudo visibilizar en Bolivia, en Ecuador, con las reformas constitucionales, pero también por el aporte que pueden hacer los pueblos respecto al paradigma de vida o de muerte, de cómo nos relacionamos con la naturaleza y las consecuencias que esto puede traer».
Por último recordó que «en Argentina hay cuarenta pueblos originarios que tienen sus lenguas, sus autoridades, sus hermanos espirituales, cada comunidad tiene esa institucionalidad como pueblo. Y eso se debe respetar por el bien y la paz social, porque los conflictos surgen cuando hay una transgresión de esa institucionalidad como pueblo».