Morir trabajando

La tragedia de Ezeiza vuelve a evidenciar cómo el lobby empresarial, en connivencia con un Estado ausente, pone en riesgo la vida de los trabajadores. El sistema formal sólo registra 700 fallecimientos anuales, pero la cifra real podría alcanzar hasta 7 mil muertes por accidentes y enfermedades laborales.

Si bien la justicia aún no dio a conocer avances concretos en cuanto a las responsabilidades penales, no cabe duda que la carga política del siniestro ya recae sobre las espaldas del ministro de Transporte.

Según un informe elaborado por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, en el período de enero a diciembre de 2017 registró 580.328 incidentes y 743 muertes notificadas por las empresas. Si bien los últimos datos de 2018 resultaron algo por debajo de esa cifra, los especialistas explican la merma producto de la fuerte parálisis del aparato productivo (el uso de la capacidad instalada se ubicó en 58,7% en julio de este año).

De todas formas, la cifra oficial no contempla casos de trabajadores en la informalidad o “en negro”, por lo que se cree que las cifras serían mucho más altas. Según estiman organizaciones gremiales como la Asociación Trabajadores del Estado, alrededor de 7.000 trabajadores mueren al año en Argentina por accidentes o enfermedades adquiridas en el ámbito laboral. Estas últimas, invisibilizadas por el sistema estadístico, representarían hasta un 80% del total.

En ese sentido Tomás Devoto, secretario de Salud Laboral de la CTA Autónoma de Buenos Aires, denunció «la precarización laboral y la corrupción empresarial que terminan con la vida de los compañeros».

«Esto se podría haber evitado si se hubiera cumplido con las normas de seguridad laboral, y si no hubiese el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires hecho la vista gorda para que continuara la construcción», indicó Devoto. Y resaltó que «este hecho evidencia que los trabajadores no valemos nada, que somos un costo, y cuanto mas barato seamos mas fácil de reemplazarnos».

Asimismo esgrimió que «no cuidan nuestras vidas, porque lo que priorizan son las ganancias empresariales, valen mas las ganancias de ellos que nuestras vidas». Y concluyó señalando que «este caso no puede quedar impune, exigimos justicia, que los responsables políticos y empresariales paguen por esta muerte y una vez mas decimos que la precarización y la corrupción matan».

Fuente: canalabierto.com.ar

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