La CTA Autónoma repudia la salida de la República Argentina de la UNASUR

El pasado 12 de abril se conoció la decisión oficial del gobierno nacional argentino encabezado por Mauricio Macri de abandonar la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). Esta decisión lamentable y que condenamos abiertamente, es parte de un camino más profundo y deliberado de destrucción de las instituciones y pilares que promueven lazos de solidaridad, fraternidad e intercambio político, cultural, social y económico en la región.

Desde su asunción, el gobierno encabezado por Mauricio Macri ha desplegado una estrategia destinada a lo que consideramos un proceso de desintegración regional. Nos referimos a la puesta en cuestión de prácticas, instituciones y políticas públicas llevadas adelante desde el MERCOSUR, bajo el pretexto de la disidencia respecto de la orientación política e ideológica de los gobiernos que fortalecieron las mismas.

Una nota destacada en este sentido fue la promoción, en alianza con los gobiernos antipopulares de Brasil y Paraguay, de la suspensión de la República Bolivariana de Venezuela como miembro pleno, así como el virtual congelamiento de la participación de Bolivia como Estado asociado al bloque.

En este sentido, ha tenido lugar una práctica irresponsable basada en el cuestionamiento a las estrategias de organización e integración regional encarnadas en MERCOSUR y UNASUR, sometiendo instancias de coordinación e intercambio fundamentales para el desarrollo multidimensional de nuestra región a los vaivenes de los gobiernos de turno.

La decisión de retirarse del bloque UNASUR, un mecanismo que permitió sostener la institucionalidad democrática ante intentos de quiebre como sucedió en 2008 con el intento separatista en Bolivia o el Golpe Policial en 2010 en Ecuador, constituye así un paso más para desandar el camino de la unidad latinoamericana. El argumento del gobierno argentino para esta medida es la “crisis que aqueja al Organismo” y el “alto contenido ideológico” de su agenda, pero la situación delicada en que UNASUR se encuentra actualmente no es más que el resultado de la acción coordinada de boicot por parte de los gobiernos de derecha y antipopulares que tomaron el poder en nuestro continente, en coincidencia con los intereses y mandatos de los centros de poder ubicados en el Norte.

Luego de más de 10 años de construcción colectiva para un desarrollo regional basado en la complementariedad política, social, cultural y económica, el gobierno argentino profundiza el ataque a las instituciones, las iniciativas y las políticas públicas orientadas a buscar un futuro más justo y próspero para los pueblos latinoamericanos.

 

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