La OIT nació con el Tratado de Paz de Versalles un 11 de abril de 1919, cuando finalizaba la 1° Guerra Mundial, época de agitación y de rápidas transformaciones sociales y tecnológicas en un contexto de reconstrucción y recuperación tras los estragos de la contienda bélica que dejó países en ruinas, personas traumatizadas y economías nacionales devastadas.
La industrialización daba lugar a un desarrollo sin precedentes del poder económico y propiciaba relaciones a veces inhumanas en el mundo del trabajo.
La pobreza, desigualdad, discriminación, mortandad en los ámbitos laborales; hombres, niños y mujeres laborando en jornadas extenuantes e insuficientemente retribuidas, en condiciones de trabajo deficientes e inseguras tanto en fábricas como en el campo, hicieron que Europa estuviera al borde de una revolución.
Aquellos, fueron períodos de inestabilidad, huelgas y protestas y fueron los trabajadores quienes exigieron que el Acuerdo de Paz de Versalles garantizara condiciones equitativas de trabajo a través de Normas Internacionales de Trabajo y Derechos Sindicales.
El Preámbulo del tratado de paz consignaba: “Hay un malestar tan grande que la paz y la armonía mundial se ven amenazadas”. Así se le atribuiría a la OIT un papel esencial en el mantenimiento de la paz y se reconocería un vínculo fundamental entre la paz internacional y la justicia social.
Por ello se hizo necesario establecer una organización que abordara las cuestiones laborales con el fin de promover y mantener la paz mundial. Entre enero y abril de 1919 una Comisión establecida en el marco de la Conferencia de Paz redactó la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo.
Pocos hubieran imaginado que los gobiernos se reunieran para mejorar las normas del trabajo a escala internacional y menos aún que trabajadores y empleadores que detentan intereses contrapuestos, colaboraran con los gobiernos para establecerlas. Por lo tanto la creación de esta organización tan prestigiosa ha sido fruto de la voluntad compartida de gobiernos, trabajadores y empleadores.
La 1° Conferencia tuvo lugar entre octubre y noviembre de 1919 en Washington y en el año 1926 quedó inaugurada su sede en Ginebra.
Centenario y celebración
En el año 2015 durante la Conferencia 104°, el Director General, Guy Ryder , propuso que “la Organización Internacional del Trabajo (OIT) debería conmemorar su centenario trascendiendo el aspecto meramente ceremonial y que se debe poner en marcha un proceso que permita orientar su labor en pro de la justicia social al iniciar su segundo siglo de existencia”.
Así lanzó la “Iniciativa del Centenario relativa al Futuro del Trabajo” plasmada en un documento titulado “Conversaciones del Centenario” que contiene cuatro ejes, a saber:
• Trabajo y sociedad
• Trabajo decente para todos
• Organización del trabajo y la producción
• Gobernanza del trabajo
Dicho documento reconoce el vínculo intrínseco y fundamental entre la paz internacional y la justicia social. Por ello se hizo necesario establecer y fundar una organización que abordara las cuestiones laborales con el fin de promover y mantener la paz mundial.
Centenario y futuro del trabajo
La “Iniciativa del Futuro del Trabajo” surge como respuesta a las dificultades que se plantean a la OIT para abordar todas las repercusiones derivadas de un proceso de continuas transformaciones de las actividades cotidianas, también agrega el Director General Guy Ryder “el desafío de resignificar los objetivos de la Declaración de Filadelfia como contribución a la causa de la justicia social para enfrentar propositivamente los cambios que se están produciendo y se producirán en el mundo del trabajo.
En el año 2017 se han realizado “diálogos nacionales sobre el futuro del trabajo” en 113 países.
La oficina de la OIT sintetizó el resultado de esos diálogos y ha constituido una comisión mundial de alto nivel con el fin de examinar profundamente el documento orientador para la “Comisión Mundial Sobre el Futuro del Trabajo”.
Este 22 de enero será un gran día ya que la Comisión dará a conocer el informe sobre el “Futuro del Trabajo” que será punto de partida e instrumento principal del centenario.
Sin lugar a dudas el futuro del trabajo definirá el futuro de la sociedad y de la justicia social que no pueden quedar bajo la responsabilidad de una “mano invisible” ni de los desarrollos tecnológicos porque categóricamente corresponde a decisiones políticas.
Seguramente quedarán plasmados allí la vigencia de los dispositivos normativos, el rol de la OIT en el futuro, el esquema del funcionamiento interno, la relación de los mandantes, el posicionamiento de la OIT en el espacio multilateral así como factores claves tales como la globalización, la tecnología, los factores demográficos y el cambio climático.
La OIT siempre tan necesaria como cuestionada, único órgano tripartito de Naciones Unidas en el cual los estados delegan parcialmente la soberanía ha recorrido un largo camino desde 1919 pero aún sus sueños de justicia social, sin pobreza, sin conflictos, sin desigualdad siguen lejanos.
En el próximo artículo abordaremos el contenido del Informe de la Comisión Mundial.
*por Daniel Jorajuría Kars, Secretario Gremial de la CTA Autónoma Nacional