Repudio de Hijxs nacidxs en cautiverio en la ESMA por fiestas de fin de año en el edificio
Con dolor e indignación nuevamente se vuelve a avasallar un sitio de memoria sagrado para las hijas y los hijos nacidos en cautiverio en el edificio donde funcionó la ESMA. Allí en el marco de un plan sistemático de la Dictadura genocida Cívico-Eclesiástico-Militar se detuvieron, torturaron, asesinaron a hombres y mujeres, se sustrajeron bebés nacidos en cautiverio que aún hoy continúan separados de sus familiares biológicos y se asesinó a las mamás luego de dar a luz. A los tristemente célebres “asaditos” que se desarrollaron allí durante la gestión de la ex presidenta Cristina Fernández y su Ministro de Derechos Humanos en aquel entonces Julio Alak, se sumaron otros hechos aberrantes como cuando el año pasado una funcionaria de la Secretaría de DDHH y Pluralismo Cultural de la Nación bailó sobre una escoba y brindó con champagne en medio de una fiesta absolutamente desubicada. Ese antecedente, sostienen desde HIJOS, debería haber servido para que no se vuelva a pisotear la memoria con bailes, murgas, fiestas partidarias independientemente de su identidad política.
“Me genera un gran sentimiento de repudio, dolor e indignación que se avasalle un lugar que debe ser de memoria y respeto para las más de 5000 personas que allí fueron detenidas, torturadas, asesinadas y desaparecidas. En ese lugar nací yo, y pude compartir solo 22 días con mi mamá, que me parió en condiciones inhumanas, engrillada, sin las condiciones adecuadas de higiene. Con una aguja caliente me hizo una marca en la oreja para poder reconocerme y que sus compañeras compartan la información por si la desaparecían, cosa que finalmente ocurrió. Tanto mi mamá como mi papá fueron arrojados en los vuelos de la muerte y aún hoy los sigo buscando con el apoyo de mis hijas, mi compañera de vida Eliana, mi abuelo, y mis hermanos hijos de las detenidas y detenidos desaparecidos por los genocidas”, expresó Emiliano Lautaro Hueravilo Alonso (Secretario de Derechos Humanos de la CTA Autónoma y ATE Bonaerense), quien es el primer nieto recuperado por sus abuelos que nació en cautiverio en la ESMA. Hijo de Mirta Alonso Blanco, y su papá, Oscar, quienes fueron trasladados en los vuelos de la muerte y sus cuerpos siguen desaparecidos.
“Hacemos responsables a las autoridades estatales encabezadas por Mauricio Macri como Jefe de Estado y Claudio Avruj como Secretario de Derechos Humanos, quienes son responsables de todo lo que allí ocurre. Tanto en esta gestión como en la anterior, hemos repudiado este tipo de eventos festivos en un sitio que para nosotros es sagrado. En ese sentido, llamo a la reflexión a la conducción de la agrupación Verde y Blanca de ATE Capital y a su máximo responsable político, Daniel Catalano. Hay muchísimos lugares donde se puede festejar el fin de año, eligieron el menos indicado por tratarse de un sitio emblemático para la memoria de nuestras compañeras y compañeros detenidos desaparecidos, quienes nacimos y perdimos a nuestra mamá y papá, y a quienes hoy en día deben tener como referencia ese sitio que debe recordarnos no sólo las cosas horribles que allí ocurrieron, sino que la causa de la muerte de esas personas fue un compromiso solidario para crear un país distinto. Decimos con la misma convicción de siempre; 30000 compañeras y compañeros detenidos presentes, ahora y siempre. No olvidamos, no perdonamos, no reconciliamos. Cárcel común, perpetua y efectiva para los genocidas militares y sus cómplices civiles, empresariales y eclesiásticos”
Los casos de Mirta Mónica Alonso Blanco de Hueravilo, Oscar Lautaro Hueravilo y Emilio Lautaro Hueravilo (285, 286 y 348)
Los dos militaban en el Partido Comunista. Fueron privados ilegalmente de la libertad, con violencia, abuso de funciones y sin las formalidades prescriptas por la ley el 19 de mayo de 1977. A ella la secuestraron en el sepelio del abuelo de Oscar, en la Ciudad de Buenos Aires. Ella tenía 23 años de edad y estaba embarazada de seis meses. A Oscar lo secuestraron de madrugada en su domicilio. Ambos fueron llevados a la ESMA, donde permanecieron en cautiverio bajo condiciones inhumanas de vida, y donde nació el hijo de ambos, el 11 de agosto de 1977. Mirta lo marcó en una oreja con una aguja caliente para facilitar que pudiera ser reconocido y le colocó una tirita en la muñeca, que decía “Lautaro”. El parto fue presenciado por Nilda Orazi (266). El niño fue hallado por su abuela en un orfanato de la Ciudad de Buenos Aires, a los cuatro meses de vida.
A Oscar lo apodaban “Carlos”. Fue trasladado en un vuelo de la muerte antes del nacimiento de su hijo y Mirta unos días después. A ella la llamaban “Mónica”. Ambos siguen desaparecidos.