En primer lugar el protocolo es un manual represivo. Es algo que ya desde el gobierno anterior se venía charlando respecto a cómo debían realizarse las manifestaciones públicas de trabajadores o de sectores populares. El problema es que tenemos que considerar algunas cuestiones porque todo tiene que estar dentro de un contexto determinado. Acá hay una respuesta del Estado a través del gobierno nacional que es una propuesta formalista, agarrándose muy fuertemente del código penal y otorgándole facultades a las fuerzas represivas tanto policía, gendarmería realmente muy preocupantes como que pueden actuar sin una orden judicial, es toda una catarata de medidas represivas.
¿Qué significa esto para los trabajadores?
Lo que está interpelado es el modelo democrático en la Argentina. En la Argentina tenemos una larga tradición de más de 20 años, recordemos los piquetes del del ’94, ’95 de desocupados que inclusive significaron el asesinato de compañeros y compañeras. Hay una larga tradición respecto a la movilización popular, al corte de calle, al corte de rutas, cuando hay toda una instancia previa que no ha sido atendida por el Gobierno, por el Estado como trabajadores despedidos de un día para el otro, trabajadores que no cobran el salario hace 3, 4, 5 meses, poblaciones enteras que se ven afectadas en su calidad de vida por la contaminación ambiental y no tienen ninguna respuesta ni solución.
-¿Entonces?
Ahora la respuesta del Estado es la represión porque en definitiva en esta democracia que no es tal, no es la que pretendemos los trabajadores, siempre se nos dice, desde los medios de comunicación fundamentalmente y de toda la catarata ideológica liberal que hay que garantizar los derechos de todos como la libre circulación ahora los otros derechos que son vulnerados y que son gravísimos, porque yo puedo tener una demora un día siendo automovilista, puedo tomar por otra calle que me signifique llegar más tarde a donde tengo que ir, ahora el que no tiene para comer, no tiene para comer, el que perdió el empleo, perdió el empleo y eso no lo resuelve caminando tres cuadras más o una hora por un embotellamiento de tránsito.
-Claro, se pierden de vista los conflictos como si uno saliera a cortar la calle porque sí
A los gobiernos más allá que se digan amplios, no soportan que se hagan públicos los conflictos porque en definitiva la manifestación pública lo que expresa es una situación de conflicto que existe, que es real. Si el próximo 24 de febrero van a salir miles y miles de trabajadores a manifestarse en todo el país y fundamentalmente en la ciudad de Buenos Aires contra los despidos, por paritarias libres, contra la precarización laboral, es un conflicto que existe, que es real y que va a tener una expresión masiva de miles y miles de trabajadores y eso ni al gobierno nacional ni a los provinciales ni a los municipales les causa gracia, sean del color político que sean. Por ese motivo no sé cuántos se van a oponer a este protocolo. Acá lo que está interpelado es la calidad de la democracia en la Argentina. Lo que se busca es profundizar los aspectos más represivos y más regresivos de todos los cuerpos legales liberales que tenemos para disminuir a su mínima expresión o eliminación a cualquier protesta pública que pueda haber en este país.
-Como lo de Milagro Sala.
Lo de Milagro Sala es un caso testigo. A Milagro la detienen por protestar y está privada de su libertad, lo han dicho abogados de fuste de los más diversos pelajes ideológicos, está presa ilegalmente. Es una vergüenza lo que están haciendo. El protocolo autoriza a filmar, a sacar fotos cuando nos han pinchado los teléfonos ilegalmente, nos han hecho y nos siguen haciendo todo ese tipo de cosas. Por lo tanto esto que hace Bullrich es blanquear una situación de persecución y de represión pero que apuesta fuertemente a aumentarla porque esto de darle un cheque en blanco, vía libre a las fuerzas represivas en la calle no es grave, es gravísimo.
-Es un claro avance en la criminalización de la protesta social.
Si lo de Cresta Roja, sin protocolo, significó lo que significó en el aspecto represivo, si lo de la Ciudad de La Plata con las 4500 cesantías que tuvo que retroceder absolutamente el intendente del PRO, Julio Garro, significó la represión que significó a mansalva, si lo de las actuaciones de Gendarmería en la villa que balearon a chicos muy chiquitos, si ese tipo de cosas no implicaron una autocrítica ni una mínima disculpa realmente es preocupante porque han salido a balear chicos en la cabeza, en la frente, cerca del ojo y ni siquiera han pedido disculpas. En Argentina la policía es juez y parte porque reprime y aplica el código que le parece y aplica la pena de muerte muchas veces, el gatillo fácil es eso.