Vamos a Andar
Por Mónica Beresovsky*. Cuando en marzo del 2009, el Congreso Nacional sancionó la Ley 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, desde el movimiento de mujeres la reivindicamos porque fue el resultado de la lucha y organización de quienes, superando diferencias, habían trabajado para ello. No menos importante fue su reglamentación –aunque parcial- en julio del 2010. Frente al permanente crecimiento de los femicidios, en noviembre del 2012, se aprobó la iniciativa de ley “que establece la prisión perpetua o condena perpetua a quien matare a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género” y reconocemos que fue un paso legislativo destacado.
Leyes, decretos, más leyes. Comisiones, personas, personalidades. Tan importantes y necesarias y, al mismo tiempo, impotentes frente a las estructuras consolidadas por años de una cultura patriarcal y machista. Cultura que necesita el sostén del estado y de este sistema capitalista. Por eso no alcanza con escribir leyes: de su mano tienen que estar los recursos económicos necesarios para implementarlas y la voluntad política para hacerlas cumplir. 277 femicidios en el 2014, según datos de La Casa del Encuentro, ya que no hay cifras oficiales. Una mujer muerta cada 29 horas.
Esa es la explicación de por qué llegamos al 03 de junio del 2015 en la calle y reclamando al gobierno por NI UNA MUJER MENOS! Y comprometiéndonos , como dice la canción “Vamos a andar” todos los días para de-construir esta cultura machista y construir una nueva. Juntos, compañeras y compañeros!
La violencia laboral es toda acción que manifieste abuso de poder, ejercida en forma recurrente y sistemática en el ámbito laboral, que atente contra la dignidad, integridad física, sexual, psicológica y/o social de un trabajador o trabajadora.
Las distintas formas de Violencia contra las Mujeres no impactan de la misma manera en distintos grupos de personas ni en diversas situaciones. Estudios realizados por la OIT señalan que el personal que se desempeña en servicios de salud, el trabajo solitario y el turno de noche tienen un grado de riesgo mayor frente a la violencia que el de otros ámbitos y ocupaciones. La publicación también señala que las mujeres se encuentran más afectadas que los varones porque se concentran en las ocupaciones más expuestas. Basta repasar los casos denunciados sobre las agresiones recibidas en Hospitales y Centros de Salud para ver que estos resultados pueden compararse a los nuestros. La violencia en el lugar de trabajo deriva de una combinación de causas, las personas, el medio ambiente y las condiciones de trabajo. Esas acciones reiteradas afectan la dignidad, alteran la salud e integridad biopsicococial y lesionan los derechos laborales. Reconocer el problema, hablarlo, lograr el apoyo de lxs compañerxs y recurrir al sindicato son herramientas para actuar y detenerla.
Por eso, llegamos al 25 de noviembre del 2015 en la calle y reclamando al gobierno NI UNA MUJER MENOS, BASTA DE VIOLENCIA LABORAL!!! Estamos empeñadxs, desde CICOP, en levantar esas banderas.
“Vamos a andar
Con todas las banderas
Trenzadas de manera
Que no haya soledad”
(Silvio Rodriguez)
*Secretaria de Capacitación y Género -CDP – CICOP