-Tras el juicio por el asesinato de Luciano Arruga, la familia sufrió acosos, particularmente su hermana, Vanesa, a quien le quemaron su automóvil. ¿Es cierto Matías que tanto la familia de ustedes como amigos y familiares están sufriendo amenazas?
Sí, mirá, la información que está corriendo con respecto al auto de Vanesa y su compañero, es información que publicamos nosotros ayer en un comunicado en nuestras redes sociales. Claramente nosotros no tenemos a ciencia cierta quién provocó el incendio del auto, sin embargo, en el contexto en el que vivimos y en el contexto de las denuncias que realizamos sobre todo con la causa de Luciano y con las causas que acompañamos en el contexto de la condena por torturas de Diego Tolares, uno de los policías que lo detuvo a Luciano en el 2008, entendemos que no es un hecho aislado y se suma a una lista larga de hechos que venimos sufriendo durante todos estos años. En mayor o menor medida están indicados por las policías zonales, y bueno, entendemos claramente que en todo este contexto no es un hecho aislado.
-Lo denunciaron públicamente
Lo denunciamos públicamente porque lamentablemente cuando una familia denuncia al Estado, denuncia la represión por parte del Estado, es imposible que el Estado lo pueda proteger o dar algún tipo de ayuda. Entonces creemos que la única opción que nos queda es hacer público el caso para que la sociedad entienda y se haga cargo de lo que pueda, de lo que está pasando en la causa.
-¿Sabés si ha habido cambios en la policía, particularmente en la policía de Lomas del Mirador que en gran medida está acusada de ser responsable del secuestro, desaparición y luego asesinato de Luciano?, ¿Ha habido cambios en la policía?
En la policía particularmente de Lomas del Mirador lo único que logramos fue el cierre del destacamento donde Luciano había sido detenido pero no fue un cierre definitivo, sino que fue un traslado, se trasladó a seis cuadras de donde funcionaba anteriormente. En Matanza hay un manto de impunidad para las policías. Hay todo un entramado político-judicial que da protección a estos policías. Y condenas como la que logramos con Tolares son oasis en el medio del desierto.
En la mayoría de los casos de gatillo fácil o de violencia policial en La Matanza, las causas terminan siendo bastante más que favorables y hasta liberadoras para los policías. Y en el contexto de eso se ven claramente también los aprietes y las amenazas que hay en otro tipo de causas como por ejemplo la APDH Matanza y Pablo Pimentel junto con su familia y compañeros durante el último año vienen sufriendo amenazas totalmente direccionadas a su participación en estos casos y a las denuncias que ellos también como organismos de derechos humanos van haciendo. Lamentablemente en La Matanza está todo liberado para que la policía siga haciendo lo que quiera.
Sin ir más lejos mientras Scioli y Espinoza hablan de lo fabuloso de esta nueva policía, de la Universidad de La Matanza, de cómo entrenan a estos nuevos policías barriales, desde la creación de esas fuerzas ya no paran de suceder denuncias de hechos de violencia, de robos, de la participación que nosotros denunciamos de las fuerzas de seguridad en todos los delitos posibles. Claramente esto es moneda corriente en La Matanza, en Lomas del Mirador y no hay una decisión política que le dé un trasfondo de cambio a la realidad de las fuerzas de seguridad.
-¿Ustedes se sienten amenazados?
Sí, claramente. Por eso sacamos el comunicado y entendemos que todo este contexto que te decía no sólo es contra nosotros. Pablo Pimentel para nosotros es un compañero y las amenazas que recibe son de todo tipo. Sin ir más lejos, el año pasado dos de los testigos de la causa de Luciano Arruga fueron detenidos ilegalmente dentro de su casa, golpeados, maltratados. Hay un montón de cuestiones que se vienen sucediendo y claramente está la mano o el manto de la policía por detrás. Nosotros a ciencia cierta no tenemos pruebas tangibles porque estos tipos no se van a disfrazar de policías para venir a hacer estas maldades que se realizan pero entendemos claramente de dónde viene y por eso las denunciamos. No tenemos miedo, no vamos a dar un paso atrás, estamos convencidos y somos inclaudicables en nuestra lucha y vamos a seguir pidiendo justicia por Luciano y por todos los pibes de los barrios. Claramente esto lo tenemos que dar a luz en la sociedad para que se siga entendiendo como es que funcionan estos grupos de policías que son una mafia organizada.