Jubilados: 1150 marchas, 22 años de lucha
Este miércoles 23 de abril se cumplirán los 1150 miércoles de los jubilados, que se traducen en 22 años de lucha. La CTA Capital y la CTA provincia de Buenos Aires convocan a concentrarse a las 15 horas frente al Congreso de la Nación, para ser parte de esta lucha por la movilidad jubilatoria. Al día de hoy, la mayoría de los jubilados en nuestro país recibe el haber mínimo de $ 2674.
22 años, la lucha continúa
El 11 de marzo de 1992 se inician los miércoles de los jubilados frente al Congreso Nacional para enfrentar en la calle la privatización de las jubilaciones y por un aumento de los haberes.
Hubo miércoles con represión, detenciones, procesamientos; miércoles con importantes movilizaciones, marchas, por la entrega de un millón de firmas para que se convoque a una consulta popular.
Veintidós años de lucha cotidiana, con la que hemos logrado algunos resultados importantes, pero la realidad actual ubica a la inmensa mayoría de jubilados y pensionados en una situación de marginalidad respecto al conjunto de los trabajadores.
Hemos logrado poner fin a las AFJP, ley 26425, que constituyó el gran negocio de Bancos oficiales, privados, cooperativos y financieras. Pero no logramos otro objetivo tan importante como la nacionalización, que es dar cumplimiento al art. 14 bis de la Constitución Nacional, donde establece que los fondos de la seguridad social deben tener “autonomía financiera y económica, administrada por los interesados con participación del Estado”.
Ante nuestro planteo de movilidad jubilatoria que significa: jubilación con el 82% y su movilidad de acuerdo a los aumentos del salario del trabajador activo, se sancionó la ley 26.417 de actualización semestral, que desvirtúa el criterio de movilidad, con el agravante de que la fórmula impuesta se aplica sobre una base depreciada y el achatamiento de las escalas. Lo que lleva a la situación actual: desde abril hasta setiembre el haber mínimo jubilatorio de bolsillo es $ 2674 que recibe la mayoria de los jubilados.
En años de crecimiento económico con fondos existentes para una previsión social justa y digna, que pueden incrementarse más aún eliminando la disminución a las contribuciones patronales de la década del 90, poniendo fin al flagelo de trabajo no registrado, con una profunda reforma impositiva, entre otras medidas, todo lo cual requiere de decisiones políticas. La experiencia nos demuestra que solo podremos lograrlo con la lucha en unidad de trabajadores activos, jubilados y el pueblo.
La jubilación que se obtiene luego de aportar un salario o ingreso diferido, durante 30 y más años, con las leyes 24241 y 24463 de la década menemista que siguen vigentes, las que deben ser derogadas, pone a los jubilados y pensionados actuales y futuros bajo la línea de pobreza real. Por ello:
La marcha de los 1150 miércoles de los jubilados la realizamos con los siguientes objetivos:
Por una nueva Ley Previsional que hemos presentado en la Cámara de Diputados de la Nación y que contempla entre otros aspectos:
*82% móvil sobre el salario del trabajador activo en su mismo cargo, oficio o función.
*Ningún haber jubilatorio por debajo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, y éste no inferior a la canasta básica total real.
*AUMENTO DE EMERGENCIA DE $1000¡YA!con recomposición de todas las escalas.
*Creación del Instituto Nacional e Previsión Social dirigido y administrado por representantes elegidos en forma directa y secreta por los trabajadores activos y jubilados y participación del Estado.
Y por un millón de firmas para avalar dicho proyecto.
La marcha 1150 en el contexto de la crisis del sistema capitalista.
Estamos transitando la crisis más profunda del sistema capitalista mundial.
En las condiciones actuales del sistema, la concentración y centralización monopólica mundial necesita, para seguir obteniendo altísimas tasas de ganancia, que la esencia del capitalismo- la explotación de la fuerza de trabajo- se profundice, descargando la crisis sobre el salario, incrementando la desocupación, precarización, el trabajo no registrado, incluyendo a trabajadores autónomos y sectores populares.
A la vez no escatima medios ni objetivos para ampliar el ámbito de explotación sumando a sectores que consideran parcialmente expoliados como son las jubilaciones y pensiones, la salud y educación pública, vivienda popular y servicios sociales. Para ello asigna al Estado con sus instituciones la aplicación de medidas en esta dirección y, por su envergadura, los fondos de jubilaciones no quedan al margen de esos voraces objetivos estratégicos del poder dominante del capitalismo.
En nuestra Argentina y en el mundo, el sistema capitalista ubica cada vez más a las jubilaciones y pensiones como meramente asistencial, como un subsidio para la sobrevivencia de quienes ya no son factor de producción directa de plusvalía del capital. Es una expresión más de la perversidad del sistema, tomando en cuenta que los avances científicos posibilitan la prolongación de la vida humana, que requieren planificar las condiciones y calidad de vida en la etapa de envejecimiento.
Un desafío histórico
Los trabajadores jubilados, que durante toda nuestra vida en el proceso productivo luchamos por los intereses de los trabajadores en ámbitos sindicales, sociales, políticos, seguimos actuando por los objetivos reivindicativos y políticos de los jubilados, como integrantes de la clase obrera y del pueblo.
Nuestra lucha se debe dar fundamentalmente en los sindicatos y organizaciones de trabajadores que deben incluirnos. Las reivindicaciones de los trabajadores activos y jubilados son una sola lucha.
En las condiciones de la profunda crisis del sistema capitalista, el desafío histórico en esta etapa de nuestro país, es construir una alternativa política a las variantes de alternancia en los poderes del Estado para seguir manteniendo la explotación del hombre por el hombre.
Dar continuidad al proyecto político estratégico de la CTA, la construcción de una Constituyente Social para un movimiento político, social y cultural, de liberación, integrando a los trabajadores y el pueblo, con bases de poder popular, capaz de constituirse en ámbito de acumulación para cada lucha sindical, social, territorial, incluido el electoral e institucional. E incorporado al torrente antiimperialista, anticapitalista y socialista que pueblos y Gobiernos componentes del ALBA abrieron en nuestra América latina.
Fuente: Marcos Wolman. Secretario de Previsión Social de la CTA Capital Federal. Secretario General de la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados