“El Che es producto de este Pueblo”

Froilán González es Licenciado en Comunicación. Historiador e investigador cubano, apasionado por la vida y el pensamiento de “el Che”. Este martes visitó la CTA Autónoma y estuvo reunido con Pablo Micheli y Fernando Cardozo. En entrevista con ACTA, González se refirió a la nueva investigación que lo trajo a nuestro país. Asimismo reflexionó acerca de los aspectos vigentes en Latinoamérica del pensamiento del Che.
Froilan-GozanlezEn el ´82 cuando fue nombrado cónsul general de Cuba en Bolivia, junto a su compañera Adys Cupull investigaron sobre el comandante Ernesto “Che” Guevara, su obra, su vida. Recorrieron para ello la selva desde Ñacangüazú hasta La Higuera, prepararon la nueva edición del diario del Che en Bolivia, de Ñacangüazú a La Higuera, la CIA contra el Che, y otras obras. “Pero como no conocimos al Che y queríamos saber cómo fue su origen y quién era suelo decir que nuestra obra es fruto del desconocimiento y de la ignorancia. Por el hecho de no saber queríamos saber cómo era y como la mayoría no sabía o no sabe cómo fue tal vez ese sea uno de los factores del éxito de nuestra obra”, explicó a ACTA Froilán González.

Para ese libro que se llama «Con la mirada al sur», estuvieron en Alta Gracia en el 87, recorrieron sus calles, fueron con Juan Martín -el hermano menor del Che- y Celia, su hermana, para entrevistar a los amigos del Che incluso encontraron a su maestra de tercer grado que aún vivía. Escribieron entonces, la historia de él contada por su familia, y sus amigos hasta los 25 años de edad.

-¿Qué es lo que está haciendo en esta oportunidad en Argentina?

- Ahora estamos aquí, haciendo lo mismo pero de Tania, que aprovecho para decirles, que fue argentina, nació en Buenos Aires, vivió hasta los catorce años en Buenos Aires, siempre añoró Buenos Aires y murió en Bolivia, de manera que estamos ahora con un grupo de compañeros, y la CTA que nos va a ayudar en lo que necesitamos para que este proyecto fructifique. Así que ustedes se van a sentir parte de este homenaje. La gente de la municipalidad, los compañeros de la municipalidad de Quilmes y por supuesto los amigos solidarios de Cuba.

-Podemos estar hablando horas sobre el Che Guevara, pero ¿Qué es lo que puede destacar, en su opinión, como lo más interesante del pensamiento del Che?

- Yo creo que fue una persona coherente. Decía lo que pensaba y en consecuencia actuaba. Era incapaz de pedirle algo a alguien que él mismo no estuviera dispuesto a hacer, y cuando eso sucede tú crees en las personas. Yo contaba ahí en Alta Gracia una anécdota que te puedo repetir: Él con sus amigos se subieron a un frondoso árbol que aún existe en una de las casas en las que vivió en Alta Gracia. Se subió con sus amigos, amarró a un gato a una sombrilla y lanzó al gato en la sombrilla desde el techo de la casa. El gato llegó en cuatro patas porque generalmente los gatos se las ingenian para caer bien parados y concluyó con que el experimento era exitoso. Entonces subieron a su hermanita Ana María que era la más pequeña la amarraron a la sombrilla para lanzarla al espacio y los vecinos acudieron a alertarle el peligro que eso significaba. Él entendió y no lanzó al espacio a su hermanita, yo pienso que esta anécdota refleja su gran capacidad de entender, cuando se equivocaba, cuando cometía un error, cuando algo le iba a salir mal y así se fue perfeccionando a sí mismo y después puso esa perfección al servicio de lo justo.

Cuando hay alguien que lucha por mejorar, ser mejor y pone ese mejoramiento al servicio de lo justo y de los demás, se parece a él. Para mí esa es la mayor virtud del Che.

-¿Qué hay de vigente de estos valores en la Cuba actual?

- Hay mucho porque son sentimientos que se han sembrado y él es uno de los referentes del pueblo cubano, incluso hasta los que pueden no entender el proceso de cambio que hemos vivido. Hace poco vi por la televisión el testimonio de una persona, de una cubana, que dice que estaba en Miami y fue a pedir a un empresario trabajo y no se lo dieron, entonces ella dijo. «Me han dicho que usted nunca le da trabajo a ningún cubano» y él dijo «es cierto» y «¿por qué?» «porque todos los cubanos llevan un Fidel Castro adentro»

-Como si fuera algo negativo.

- Si, y también como algo de rebeldía. Porque generalmente la revolución enseñaba a la gente a que tenga autoestima, que confíe en sí mismo, que no se deje ofender, incluso a quienes estaban en contra del proceso revolucionario. La revolución ha sembrado una serie de valores, por eso es difícil que alguien domine a la Cuba actual ni futura. No nos dejamos. Hemos aprendido a que se nos respete.

-Es un proceso apuntado bien desde las bases de la cultura.

- Así es, reaccionamos con mucha fuerza ante la discriminación: los jóvenes y los viejos. Te cuento una anécdota personal: Mi esposa y yo fuimos invitados a la feria del libro en La Paz hace unos años y nos atendieron muy bien, siempre nos atienden muy bien y nos alojaron en un hotel, el Hotel Plaza en el Prado. Cuando fuimos a tomar el elevador llegó un nórdico, un europeo aparentemente nórdico y por delicadeza yo le cedí el paso, él entró al elevador, no nos dió las gracias, nada y cuando el elevador llegó a la planta baja y él se iba a bajar lo detuve y le dije «no, no le corresponde a usted, primero nosotros después usted» entonces cuando salimos le dijimos “muchas gracias”. Hay que ser así y eso lo ha enseñado la revolución cubana. Yo valgo por lo que yo soy, sin atropellar a nadie ni ofender a nadie y a mí tienen que respetarme por eso.

-Usted es un gran conocedor de Latinoamérica: ¿en qué momentos podemos encontrar actitudes como éstas en el resto de Latinoamérica?, porque bueno, el Che fue un revolucionario latinoamericano ¿Este tipo de valores se puedan encontrar en otras partes de Latinoamérica, además de Cuba?

- Él es producto de este Pueblo, de este país. El pueblo argentino es un gran pueblo, de gran simpatía en Cuba. Ayer me entrevistaban por la radio y me decían «Que bueno, desde que llegó el Che a Cuba como que existe una hermandad» y yo le digo «no, está equivocado». El Che reforzó esa hermandad y contribuyó pero antes de él fueron muchos. La reforma universitaria de aquí, de Córdoba, del año 18, tuvo mucho impacto en Cuba y después de Argentina, Cuba fue el segundo lugar donde se desarrolló la reforma universitaria con la visita del doctor Arce a la Habana. Allá eran, y son muy conocidos, Libertad Lamarque, Carlos Gardel, Rodolfo Walsh. Yo crecí escuchando a mi papá cantar tango, conocí a los tangos argentinos, la cultura en general, la literatura, el cine. Hay un profundo cariño por los argentinos, el hecho tal vez de la posición geográfica de Cuba, antes todo los barcos -ahora ya no porque la gente va en avión y nos pasan por arriba volando y el bloqueo les ha impedido aterrizar-, hacían escala en la Habana, eso quiere decir que cada argentino que viajaba pasaba por la Habana, también de otros países pero ustedes tienen la ventaja de que, junto con Uruguay, eran los países con mayor nivel cultural del continente y cada encuentro era un cruce de culturas, por eso se conoce tanto en Cuba de Argentina y se les quiere tanto.

-¿Qué otros recuerdos tiene de nuestro país?

– Cuando nosotros empezamos a hacer las investigaciones aquí, como yo me llamo Froilán González y hay un famoso corredor argentino que se llama así, la gente se confundía y creía que era una broma. Me preguntaban “¿de parte de?” y yo decía “de Froilán González”, a veces se enojaban y hasta me decían palabras gruesas pensando que yo me burlaba hasta que todo se aclaraba. En uno de esos encuentros, con otro corredor, Adrián Villegas, ya fallecido, me dijo: «¿sabe usted que acá hay otro corredor que se llama Froilán González?» «Si, me lo han dicho» «¿A usted le gustaría conocerlo?» dije que sí y entonces nos presentó y luego nos hicimos grandes amigos. Mantuvimos una relación amistosa hasta que murió, hace unos años. Pero en un viaje aquí con mi esposa hace algunos años, Adrián Villegas y su mujer nos invitaron a un restaurante y fuimos. En ese restaurante vino el dueño a saludar a Adrián y a nosotros, él era dueño de varios restaurantes y en uno de sus restaurantes había un espectáculo de tango entonces nos dice «terminen de cenar y el café se lo van a tomar en ese restaurant» y fuimos, habían incluso demorado el espectáculo hasta que nosotros llegáramos. Fue un hermoso espectáculo, canciones, baile pero ya cerca de la una de la mañana la gente estaba un poco pasada de copas y cerca del final el animador dice que estábamos nosotros ahí y que sería bueno que dijéramos algunas palabras. De pronto nos encontramos en medio del espectáculo hablando y al final dije que le deseaba felicidades en el próximo año pero que le pedía algo, cuando llegaran las doce de la noche brindaran por su familia pero también por el pueblo de Cuba, un pueblo bloqueado por el imperialismo norteamericano, agredido, entonces la gente empezó a gritar que ¡viva Cuba!, ¡que viva Fidel! y para mi ese fue un momento muy emotivo y de recuerdo grato hacia los argentinos. Por eso es que yo tengo ese gratísimo recuerdo con esos argentinos anónimos sobre mi país.

 

Por Walter Piedras, Martín Robledo, Melissa Zenobi de agenciaacta.org.

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