Circuito Camps: “Es necesario vincular el testimonio de los 30 mil con el hombre y la mujer de a pie”

El pasado jueves 19 de septiembre se llevó adelante la presentación del libro “Circuito Camps: la querella de la CTA”, producido por los comunicadores sociales Rosario Hasperué y Darío Herrera para la CTA Autónoma bonaerense. En el evento al que asistió el Carlos Rozansky, abogados querellantes, sobrevivientes, ex detenidos desaparecidos y familiares, representantes de centrales obreras, organismos de DDHH, organizaciones universitarias, y numerosas referencias políticas, se valoraron los numerosos logros obtenidos con los fallos, que además de condenar a genocidas y colaboracionistas, derivó en importantes definiciones judiciales, políticas y culturales.   

El libro se presentó en la Comisaría Quinta, uno de los centros clandestinos de detención del Circuito Camps, y entre los puntos destacados del evento cabe mencionar que se reunió al juez y a parte de los abogados querellantes, con quienes se logró un fallo histórico en la lucha por los derechos humanos en nuestro país. Además, se realizó un homenaje a querellantes, y testimoniantes, sobrevivientes de ese circuito del horror, gracias a quienes se logró Justicia. Se coincidió en la necesidad de redoblar los esfuerzos militantes por la Memoria vinculando los intereses de quienes perpetraron el golpe de estado en el 76’, con los que ahora están manejando los hilos del gobierno de Milei. 

TESTIMONIOS 

La apertura del evento estuvo a cargo de Emiliano Hueravilo, primer Nieto recuperado de la ESMA por sus Abuelos, hoy secretario general de la Regional La Plata de la CTA Autónoma. 

El director del sitio de Memoria Comisaría Quinta Leo Fossati, nieto recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo, expresó: “Es una doble alegría porque hablar del Circuito Camps, porque es hablar del inicio de este espacio para la Memoria como reconstrucción”, y destacó “todas las actividades que venimos desarrollando día a día. En la semana nos visitan estudiantes de colegios secundarios y escuelas primarias que hacen visitas guiadas y a partir de los materiales, se desarrollan charlas”.

A su turno, Rosario Hasperué, secretaria de Derechos Humanos de la CTA Autónoma bonaerense y Coordinadora Nacional del Foro por los Derechos de la Niñez, comentó cómo fue el proceso de construcción del libro, y consideró que “así como el Circuito Camps funcionó el engranaje del horror y la crueldad, nosotros desde las organizaciones de Derechos Humanos formamos un engranaje de humanidad”, y señaló que “el libro lo comenzamos antes de que Milei ganara en las PASO, y los terminamos con él en la presidencia, y haciendo una serie de declaraciones y tomando medidas muy similares a las que se relatan en este libro”. Ante ese marco, enfatizó: “Se vuelve una obligación compartir y reproducir los testimonios que están en el juicio, y remarcar que representa un triunfo: porque es un juicio que ganamos”. En ese sentido, sostuvo que “por eso, en este lugar queremos homenajear a todos los que no pudieron salir de ese circuito, pero sin embargo no les pudieron ganar, porque el hecho de que estemos hoy acá lo demuestra. Del lado de ellos la venganza y la oscuridad, del lado nuestro siempre la búsqueda de la justicia”.

El periodista Darío Herrera, integrante del equipo que conforma la secretaría de Comunicación de la central bonaerense, apuntó que “los trabajadores podemos contar nuestra propia historia. Los medios de comunicación nos ubican en el lugar del conflicto, en cambio las organizaciones populares estamos involucradas en la solución de los problemas, allí donde el estado y el mercado no llegan”. En esa línea, destacó que “en la Argentina el movimiento de Derechos Humanos, Memoria, Verdad y Justicia son un ejemplo destacado a nivel mundial, y las organizaciones de trabajadores somos protagonistas de ese proceso”. Para concluir, subrayó que en las entrevistas con los sobrevivientes, “no vimos actitudes de víctimas, sino vocación de protagonismo transformador”.

La abogada Guadalupe Godoy fue representante de la querella de Justicia YA, y enumeró una serie de logros que se dieron como resultado del proceso judicial. “Logramos uno de los reclamos que teníamos los organismos de Derechos Humanos, que era hacer juicios por centros clandestinos de detención, mostrando la integralidad del circuito”. Seguido, hizo un contexto de la época: “Llegamos en un momento muy álgido en plena discusión de Papel Prensa. En ese momento, el abogado de Clarín Wortman Jofré iba a ver las audiencias”. También recordó que “fue el primer juicio que hicimos sin Adriana Calvo, una protagonista ineludible en ese proceso de justicia”. 

También, señaló la importancia de que el ex interventor de la provincia de Buenos Aires Ibérico Saint Jean, que tenía atribuciones de gobernador, y Jaime Lamont Smart, uno de los civiles más influyentes de la dictadura genocida, fueran citados a declarar. 

“En el caso de Smart llegó suelto. Y el momento que le voy a contar a mis nietos, es el instante en que se da cuenta que va a ir preso. Smart se auto defendía, y nos trataba en forma sobradora diciéndonos pendejos por nuestras edades, casi todos los abogados éramos muy jóvenes”. En ese sentido, la letrada recalcó el hecho de que “había hasta una derrota cultural para ellos, porque había un fiscal con aritos, Hernán Navarro con un rodete de rastas”, recordó entre risas. “Eso muestra, que cuando esgrimía el argumento de la guerra, lo anacrónicos y solitarios que estaban, porque del otro lado había sectores populares que asumieron la búsqueda de justicia como propia”.

Marcelo Ponce Núñez, abogado querellante por la CTA, explicó que “este juicio se centró fundamentalmente en la participación de la policía de la provincia de Buenos Aires y los Centros Clandestinos que ella manejaba. Tenemos que entender que esa policía no solo cumplió una parte ejecutora en los lugares de detención, sino sustancialmente en los señalamientos de las personas a las que había que buscar, detener, matar o hacer desaparecer”. A partir del juicio, “se empezaron a lograr cosas más profundas”, ya que entre otras triunfos, “se eliminó la Dirección de Inteligencia de la Provincia, y en ese lugar hoy funciona la Comisión Provincial por la Memoria. Han variado cosas a partir de las políticas que surgen como positivas, que fueron las que propusieron las querellas en pro de las condenas señalando un camino inadecuado llevado adelante por el ejército, la policía y muchos civiles que colaboraron con la estructura de los militares en la época de la dictadura”. 

Para concluir, apuntó: “a partir de los testimonios logramos demostrar no solo el hecho del secuestro sino de las condiciones que se vivieron en esos lugares de detención”, y diferenció que “nunca los detenidos desaparecidos, torturados, y personas arrojadas vivas al océano fueron llevadas ante un   juez para que determinar si debían estar detenidas o no, cosa muy distinta que sucede y sucederá gracias a dios con relación a los militares y policías, ya que la sociedad sosteniendo las leyes verdaderas, puso a los militares, ante la justicia para que se analice su conducta y fueran condenados, es en definitiva lo que ocurrió: fueron condenados”.

Luego el Juez Carlos Rozansky, reflexionó: “La segunda desaparición de Julio López es no de esos momentos en los cuales uno no está preparado. La primera sensación que uno tenía, era irme del país, porque si se habían generado todas las condiciones para llevar adelante estos juicios y había que estar preocupados porque no desapareciera un testigo, algo no caminaba. Y algo no camina hoy”. En esa línea, “hay que vincular con lo que está pasando hoy, que para mí no es sorpresa. Salvando las distancias, estamos viviendo un proceso de inicio de exterminio con otras características, pero son la misma finalidad no solo es la económica” y subrayó como agravante “la gente desequilibrada que las ejecuta. Y no sólo el presidente Milei, sino todos quienes lo acompañan. Nos están haciendo algo muy terrible muy dañino”.

Por último, Rozansky dijo que “ese juicio fue resistencia, y hoy hay una militancia que sigue resistiendo. Pero en la medida que no se tome conciencia del riesgo que estamos corriendo, Comisaría Quinta va a ser dejar de ser un Sitio de Memoria si no frenamos esto a tiempo. Y no es por ser pesimistas: si Videla pudo morir en el baño de una cárcel, un mequetrefe como este (Milei) no nos va a llevar por delante. Pero nos está llevando por delante”, advirtió.

Finalmente, Oscar de Isasi, secretario general de la CTA Autónoma bonaerense manifestó que “en la década del 60’ el movimiento obrero argentino era el único que tenía poder para parar un lunes, conseguir una mesa de diálogo el martes, y el miércoles haber obtenido reivindicaciones”, por lo cuál, “que la mayoría de los desaparecidos hayan sido trabajadores que decidieron organizarse para obtener un proyecto de país de mayorías”, fue la razón que motivó al poder económico a través de las distintas dictaduras vernáculas, llevar adelante el plan de exterminio.  

“Nos quieren desintegrar, y quieren encapsular la pelea de Derechos Humanos para que vaya al olvido. Pero para que eso ocurra tiene que perder identidad con el hombre y la mujer de a pie”, continuó el dirigente. “Si hoy tenemos un 54% de pobreza, es porque una dictadura que masacró a sangre y fuego la destrucción de un movimiento obrero que fue orgullo en Latinoamérica”. Los niveles de pobreza y desigualdad que existen hoy, “es porque hubo desaparecidos y porque se exterminó una generación que soñaba y se organizaba por un país que merezca ser vivido. Entonces, tenemos que recuperar la unidad del movimiento de Derechos Humanos con el Movimiento Obrero”. 

En ese sentido, concluyó “si nosotros ligamos los testimonios que están en ese libro con la pelea de los hombres y mujeres de a pie, vamos a tener mayor fortaleza para terminar con este gobierno y poner de pie un país como el que soñaron los 30 mil. Y ese es el compromiso de la CTA Autónoma”.  

Para concluir el acto, se otorgaron reconocimientos a Claudia Favero, Marta y Nora Ungaro, Carlos Rozansky, Guadalupe Godoy, Leo Fossati, Universidad Nacional de La Plata, la FULP, Marcelo Ponce Nuñez, Hugo “Cachorro” Godoy, Hugo Blasco, Josefina Rodrigo y Marta Vedio de APDH, Gabriela Hernández por su registro fotográfico, Carlos Zaidman y Adriana Calvo post mortem (recibió su hija Teresa Laborde).

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