20 años del estallido

Diciembre de 2001 marcó el quiebre de la hegemonía neoliberal en la Argentina y dio inicio a un proceso de modelos alternativos en América Latina. El paradigma neoliberal, que hacia finales de la década de 1970 se comenzó a imponer en el mundo, desembarcó a sangre y tortura en nuestro país durante la última dictadura, y se convirtió en hegemónico en los gobiernos de Carlos Menem en la década de 1990.

Es un modelo económico, social y cultural que excluye del sistema a miles de personas, las despoja de sus derechos, las usa de ejemplo para disciplinar a quienes se sostienen dentro del esquema laboral, concentra las riquezas en pocas manos, estimula al individualismo, resquebraja los lazos sociales y condena a la dependencia nacional.

La dictadura, además de sus aberrantes crímenes, quintuplicó la deuda externa y estatizó la deuda privada, lo que generó que la democracia tuviera el lastre de la injerencia del FMI en las políticas del Estado: Inflación, programas de ajuste, recortes salariales, despidos, quita de derechos, represión.

Durante el menemismo, con el padrinazgo de EE. UU, este modelo se convirtió en hegemónico. Marcó una etapa de enorme pobreza, desempleo, corrupción y entrega de la soberanía. Sin embargo, la clase trabajadora argentina demostró una vez más su notable capacidad de combatividad, organización e inventiva.

Miles de personas quedaron sin empleo, por lo que la clase obrera comenzó a organizarse en sus barrios. Surgieron cientos de experiencias colectivas, se formaron movimientos sociales, que utilizaron los piquetes como método de lucha. Frente a la entrega del sindicalismo tradicional nació nuestra CTA como una experiencia novedosa de lucha y organización de la clase trabajadora.

CACEROLAZO EN LA PLAZA DE MAYO, EL 26/01/2002

Se produjo un descreimiento en el sistema institucional y los partidos políticos entraron en crisis, perdiendo toda representatividad. El final de la década trajo como presidente a Fernando De la Rúa, que continuó con las mismas políticas. 

En diciembre de 2001 el ministro de economía era Domingo Cavallo, el mismo que había estatizado la deuda privada con los militares y condujo la economía durante el menemismo. Un plan de acción diseñado y ejecutado desde 1976 hasta el comienzo del siglo XXI, cuando nuestro pueblo estalló, luego de la confiscación de los depósitos bancarios.

La memoria es la cualidad que tenemos las clases populares para avanzar en mejores condiciones de vida. El modelo neoliberal quiebra el sistema productivo y arroja al desempleo a grandes masas de la población condenándolas a la pobreza. El FMI financió históricamente a las clases altas condenando al pueblo a pagar sus deudas a costa del hambre.

En aquella jornada la rebelión popular ganó las calles en todo el país, enfrentándose a la represión y pidiendo que “se vayan todos”. 39 personas fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad. El pueblo logró la renuncia del gobierno de Fernando De la Rúa, que huyó en helicóptero, y derrotó el modelo de opresión que le habían impuesto. Se escribió un nuevo y glorioso capítulo en la heroica historia de lucha de nuestra clase obrera. 

Por Darío Herrera, equipo de Comunicación CTA-A bonaerense

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