Nos solidarizamos con el pueblo chileno que cansado de las políticas neoliberarles que les arrebatan sus derechos se unen a las protestas de las y los jóvenes de secundaria.
Abrazamos a todas las mujeres chilenas que se unen a las manifestaciones de descontento con sus ollas, dando clara señal de su compromiso con la vida y su sostenimiento.
El pueblo chileno vive la continua pérdida de sus derechos sociales, económicos y culturales, su rabia nace en el alza de los precios del agua y en las restricciones a su acceso, en la ley de migración, en la aprobación del TTPP11 y sus consecuencias para las y los pequeños productores, en la expoliación de sus territorios en manos del extractivismo, en el no reconocimiento del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y las “objeciones de conciencia”, en la violencia sistémica contra las mujeres, el pueblo mapuche, las y los migrantes, las y los estudiantes y el pueblo trabajador en general.
Las protestas y manifestaciones son la expresión contundente del repudio de las y los chilenos del Estado neoliberal que se imponen a través de democracias mediadas por los recursos e intereses capitalistas y sus grandes empresas de comunicación. El pueblo en la calle deja claro que no está dispuesto a dejar que sigan convirtiendo la vida en mercancía, que no está dispuesto a seguir cargando con el subsidio que otorga el Estado al sector privado y al empresariado a costa de la precarización de la vida de las mujeres, la clase obrera, la educación y la salud pública, a costa, de la vida misma.
Nosotras de la Marcha Mundial de las Mujeres hoy más que nunca estamos con Chile. Llegue especialmente nuestro abrazo a las familias enlutadas por la respuesta desmedida del gobierno y los carabineros.
Repudiamos enérgicamente que el gobierno de Piñera haga uso de estrategias pinochetistas para intentar sofocar las manifestaciones. Repudiamos la criminalización y banalización de las protestas. Repudiamos enérgicamente la aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado, que representa un evidente atentado contra los derechos democráticos más básicos y recuerda a los peores momentos de la dictadura. Exigimos la des-militarización de las calles y el reconocimiento del derecho a la protesta que tiene el pueblo. Hacemos un llamado al ejército chileno recordándoles que ellas y ellos también son pueblo, que en las calles están sus familias y sus comunidades, que ninguna orden puede estar sobre el deber de toda soldada y soldado de proteger al pueblo.
En América y en todo el mundo.
¡Continuamos marchando contra el neoliberalismo y el autoritarismo hasta que todas y todos seamos libres!
Resistimos para vivir, Marchamos para transformar.
Marcha Mundial de las Mujeres.
Octubre 2019