SENASA: La salud alimentaria argentina en peligro
El despido de 130 trabajadores del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), sumado al retiro de los servicios de inspección veterinaria de los establecimientos frigoríficos para consumo interno que fiscalizan la producción y elaboración de alimentos, el cese en el pago de los alquileres de las 400 oficinas sanitarias de campo, y el levantamiento de programas para la prevención de plagas, deja ver a las claras las intenciones del gobierno nacional de impulsar un doble estándar alimentario, con controles de excelencia para la exportación y de segunda para lo que consumimos en nuestro país.
Una de las plagas que el SENASA prevenía es HLB (Huanglongbing, enfermedad provocada por bacterias y un vector que afecta diversas especies de plantas cítricas), y las propias autoridades comunicaron que este programa sanitario se cayó consecuencia de la desfinanciación. «Una muestra de ello es que levantaron las barreras sanitarias que impedían que la enfermedad avance, y hoy la tenemos en Entre Rios”, aseguró el coordinador de la mesa nacional de ATE SENASA, Jorge Ravetti.
Según el dirigente, se transfirieron a «los privados los programas de erradicación y prevención de plagas que afectan a los cítricos (HLB y mosca de los frutos), las vides (lobesia botrana) y la producción de algodón (picudo de algodón)», lo que «se suma a los 130 despidos injustificados ya producidos y anunciados de manera informal el 29 de diciembre último», que implicó «el cierre de barreras como las de Yapeyú y Olivari en Corrientes y la aparición de la bacteria HLB en Entre Ríos», añadió Ravetti.
A raíz de esta cruda realidad que padecen, no solo los trabajadores del SENASA, sino el conjunto de la sociedad, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE-CTA A) paralizó la semana pasada sus tareas durante 96 horas en todo el país, en rechazo de «los despidos producidos y de las arbitrarias y peligrosas decisiones de sus autoridades, que eliminaron los servicios de inspección veterinaria y dejaron sin funciones a otros más de mil empleados», confirmó el sindicato.
En ese sentido Ravetti, denunció «el retiro de los servicios de inspección veterinaria de los establecimientos Ciclo II y III, lo que dejó sin funciones a más de mil empleados, para aplicar la figura de Directores Técnicos Privados en todos los lugares en los que se produce y elabora alimentos de origen animal y vegetal».
Es entonces que se puede distinguir el claro objetivo del vaciamiento de un organismo nacional fundamental para la salud de los y las habitantes de la Argentina, como lo es el SENASA: entregar los controles alimentarios al sector privado. Donde la Sociedad Rural Argentina, Coninagro, Carbap y Confederaciones Rurales Argentinas; junto a las cámaras de la industria frigorífica Unica y a las avícolas y apícolas, procuran autocontrolarse sin ninguna intervención del Estado.
Fuentes: canalabierto.com.ar; laizquierdadiario.com; ate.org.ar