«Sin respuesta, pero con la fuerza del dolor crecía la lucha por encontrarlos y encontrarlas, tanto que la dictadura al cabo de un año, secuestró y asesinó a tres de esas madres: Azucena Villaflor, Ester Careaga y María Ponce. Un tiempo antes fueron secuestradas y desaparecidas seis madres de presos políticos
«Las expectativas eran dramáticas, la deuda de los militares se hizo impagable, ante los crímenes cometidos, más unidas que nunca, sin divisiones políticas, religiosas, sociales o culturales, sin otro norte que el de la justicia, entendimos que nos esperaba un largo camino de lucha y salimos a los Organismos y Medios Internacionales en busca del apoyo que negaron instituciones y dirigentes nacionales, salvo pocas y honrosas excepciones. Comenzaba así, la resistencia que nos llevaría sin violencia hasta encontrar la verdad y la justicia.
«En 1979 vallaron la plaza los días jueves, las marchas eran entonces relámpago, en distintos días y horas, sin embargo con esa resistencia logramos en 1980, reafirmar nuestro lugar acompañadas, esta vez, por todos los Organismos de DDHH y la valiente presencia de Monseñor De Nevares, que acompañó con verdadero afecto nuestros reclamos. Nuestros hijos no aparecían, pero la lucha continuaba, seguir resistiendo sin perder la esperanza de alcanzar la justicia era lo debíamos hacer.
«En el mes de Diciembre de 1981 organizamos la primera Marcha de la Resistencia; fueron 24 horas de marcha permanente ante cientos de policías armados, con orden de desalojarnos antes del amanecer, cosa que no ocurrió. En Casa de Gobierno con sus luces encendidas se discutía el traspaso de los generales: Videla por Viola, informe que nos acercaban los periodistas nacionales e internacionales que cubrían la noticia del primer cambio de la junta. La resistencia estaba marcada: hasta la verdad y la justicia.
«En 1982 durante la segunda marcha ocuparon la plaza con tropas de caballería que replegaron a las Madres hacia la Avenida de Mayo convencidos que las dispersaban, pero se marchó allí mismo, sobre la Avenida de Mayo; donde la caballería recibió orden de no avanzar, pero sí encerrarnos entre la Plaza y la Avenida 9 de Julio y hostigarnos hasta ver si nos retirábamos, y la marcha continuó.
«Finalmente llegó el gobierno constitucional, en 1983, se hizo la tercera de las Marchas, por entonces los partidos políticos y el mismo presidente Alfonsín sostenían que no se debía confundir, justicia con venganza, que se debía avanzar en la reconciliación y trabajar por el prestigio de las Fuerzas Armadas cuestionando así la resistencia de las madres.
«Después de muchos altibajos se logró un juicio sólo a las tres Primeras Juntas y en más de treinta años de institucionalidad, las causas lentísimas permiten a los genocidas vivir con total impunidad, salvo excepciones, mientras el resto de las madres sobrevivientes de esos días, tampoco sabemos la verdad sobre el destino de los hijos e hijas para poner fin a la insobornable resistencia de nuestros principios. Los años han demostrado que la democracia sin justicia, no es democracia. Hoy tenemos multitudinarias marchas reclamando esos derechos vulnerados, por la herencia violenta que nos dejó la dictadura y la agresividad manifiesta de los mismos sectores que propiciaron el genocidio de Estado.
«Por estas razones, 40 años después continuamos resistiendo al silencio. Exigimos la apertura de los archivos de la dictadura, saber qué paso con cada uno de nuestro Detenidos–Desaparecidos. Nos resistimos a la impunidad de los crímenes y delitos cometidos ayer y hoy durante tantos años de democracia sin justicia. Nos resistimos a este modelo de ajuste y represión que genera que amplios sectores de la población queden excluidos. Nos oponemos a todo intento de tergiversar, ocultar y manipular los hechos históricos ocurridos durante el Terrorismo de Estado.
«Las marchas por la Justicia han ido creciendo separadas por intereses y oportunismos, unas a favor y otras en contra de los gobiernos de turno pero la falta de justicia es un hecho y será la tarea de todos llegar a la verdad y la justicia. Cumpliendo así con los sueños de nuestros hijos e hijas detenidos desaparecidos.
«* Exigimos la reapertura de los archivos.
«* No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos.
«* 30.000 detenidos desaparecidos, ¡presentes!, ¡ahora y siempre!».