Campos aclaró que el objetivo es tener un espacio interno, orgánico que produzca información como insumo para la discusión de estrategias; tener disparadores que inspiren a las discusiones en el marco de la central y las organizaciones que articulan con la central. En ese contexto, el Observatorio tiene ya algunas publicaciones de rutina como los son sus informes trimestrales sobre conflicto laboral, negociación colectiva y mercado de trabajo.
Sobre la situación actual del empresariado, Campos explicó que “Con el grupo económico del gobierno nacional actual hay tensiones y disputas porque los sectores más vinculados a la producción industrial y a los servicios no están muy contentos con la salida”.
“Pero -analizó- también es cierto que para esas grandes empresas no siempre el único espacio de ganancias que tienen es el sector de la producción, porque también participan del mercado financiero para canalizar las grandes sumas de dinero que ganan”. “Muchas de estas empresas hoy incluyen dentro de su estructura sectores que se dedican exclusivamente a la intermediación financiera. Es decir, a ganar dinero con el dinero”, sumó.
Respecto de la situación de la clase trabajadora comentó que vienen haciendo relevamientos sobre el mercado de trabajo de los últimos meses “a pesar de que la información oficial recién empezó a llegar en cuentagotas en las últimas semanas”.
“Hasta el momento contábamos con la información producida por los relevamientos de despidos o amenazas de despidos realizadas por las organizaciones sindicales y colectivos de trabajadores. Fue una estrategia temporal direccionada a establecer el tema hasta tanto tengamos datos oficiales que pudiéramos analizar”, contextualizó.
De acuerdo a Campos, los datos oficiales “son parciales, fragmentarios pero permiten poder empezar a visualizar cómo está reaccionando el mercado de trabajo ante las políticas del nuevo gobierno, a partir del 10 de diciembre de 2015″. Hasta esa fecha, en los últimos años el mercado de trabajo estaba “en una tendencia general de estancamiento con relación a sus principales variables”. Pero el analista afirmó que “el nuevo gobierno quiso romper con un montón de tensiones que se venían dando y definió trasladar los costos de ellas a las espaldas de los trabajadores”.
Agregó también que la información “demuestra una caída del empleo desde noviembre a esta parte” y que “este último es el trimestre con más cantidad de suspensiones de trabajos en los últimos 10 años”. Además según explicó, en materia de salario real, los sueldos básicos de convenio de mayo de este año -en comparación a mayo del año pasado- representan, en promedio, un 10% de caída del salario real.
Campos además profundizó en el estado actual de la organización sindical. Entre otras cosas, destacó que la fortaleza de la asociación sindical en la Argentina “tiene que ver con una presencia en múltiples niveles en forma simultánea”.
“La ley sindical es una parte chiquita de ese modelo pero son los trabajadores quienes generan su propio modelo de organización”, comentó. Subrayó el rol de las comisiones internas en ese modelo: “Se han instaurado en los años ’20, ’30, en términos generales en los años ’40 y recién la ley las reconoció en los ’60. Por eso la ley es parte del modelo, pero no es todo”.
La presencia sindical simultánea en distintos niveles tiene que ver con que, “más allá de una CGT que buscaba unificar por arriba, se encontraban otros niveles: sindicatos, delegaciones y, más abajo, delegados”.
“Eso todo junto es un combo explosivo porque genera tensiones, pero la articulación entre todas esas instancias -en tiempos de correlación de fuerzas relativamente parejas-, puede ser muy provechosa”. «Que el sindicato tenga la posibilidad de sentarse a hablar y negociar aumentos de salarios, además de tener presencia en todos los lugares de trabajo, afirmó el integrante del Observatorio, sirve a todos los trabajadores”.
Campos también hizo algunos aportes en el camino de la organización sindical: “Muchas veces puede pasar que las reivindicaciones las conseguimos todas, pero en el transcurso de la lucha nos matamos internamente. De lo contrario, a veces no se consigue ninguna de las reivindicaciones, pero como consecuencia quedó un saldo relativo positivo, hay compañeros que tuvieron una participación importante, se sumaron personas, eso es muy bueno porque fortalece para el próximo conflicto”.
“Por eso siempre hay que pensar cómo se recodifican los conflictos para que dejen saldo positivo en el lugar de nuestro trabajo. Eso requiere estrategias específicas para cada lugar en concreto”, comentó.
“Estudiar el proceso de producción es entender cómo funciona todo el proceso laboral donde uno está”, aseguró. Y explicó: “No es lo mismo una medida de fuerza en una fábrica de alfajores que en una escuela. En los dos casos somos asalariados y vendemos nuestra fuerza de trabajo, pero a la hora de una medida de fuerza, tenemos que pensar las especificidades de la línea de producción de nuestro lugar de trabajo”.
“Qué está pasando en ese lugar es clave para pensar la estrategia de conflicto y también la estrategia de solidaridad porque a veces el conflicto también se juega afuera: depende de lo que opina el público, de cómo se instala en la opinión pública. Por eso juega ahí cómo articulamos con otros y con la sociedad”, concluyó.
Fuente: Lucía Banus;www. notas.org.ar