La recuperación del nieto 119, es una noticia que nos llena de alegría. Realmente ésto demuestra que la lucha permanente de las madres, de las abuelas, de los organismos de Derechos Humanos, no es en vano sino todo lo contrario. Tenemos que hablar de 119 compañeras y compañeros que ahora saben quiénes son, cuáles han sido sus padres y madres biológicos, sus familias, y todo lo que significa eso que es inmenso.
-El 10 asume el nuevo Gobierno ¿Cuál va a ser la agenda de Derechos Humanos que asumirá la Central?
De cara a lo que viene, habida cuenta del cambio de gobierno, y algunas situaciones que se puedan generar, tenemos fresco lo del editorial de La Nación, pero también tenemos fresco -que a nosotros nos enorgullece como clase- la reacción de los trabajadores de La Nación. Más allá de sus preferencias político partidarias y demás, han tenido una respuesta que nos llena de orgullo. Y esto es en lo que nosotros tenemos que hacer hincapié como Central. Acá, más allá de quién gobierne, hay derechos que deben ser restituidos, deben tener plena validez, tener plena vigencia. Sino habrá que plantarse como corresponde, tanto sea para rescatar la memoria, la verdad y la justicia por los delitos de lesa humanidad y la violación a los derechos humanos ocurrida hace años atrás, pero también en la vigencia plena de los derechos humanos el día de hoy.
-¿Cuáles son los aspectos que más preocupan en relación a los derechos humanos de hoy?
Mañana se va a saber una sentencia contra trabajadores en Tierra del Fuego, un claro caso de criminalización de la protesta social, un caso típico de pretender vulnerar derechos de los trabajadores a defender sus derechos como corresponde. Lamentablemente tenemos que seguir todos los años conociendo un trabajo enorme que hace el Comité Contra la Tortura de la Provincia de Buenos Aires sobre la violación de los derechos humanos que están privadas de su libertad, tanto en comisarias como en el Servicio Penitenciario. Y todas las connotaciones que tiene nuestra lucha permanente por la plena vigencia de estos derechos, que tiene que ver con la calidad de vida, las condiciones, la lucha contra la megaminería que destruye nuestro ambiente, las represas, el acceso a la vivienda, la educación.
-El año que viene se cumplen 40 años del golpe del `76.
Obviamente que no es la fecha en que empezaron los delitos de lesa humanidad, ni tampoco la violación sistemática de los derechos humanos, ni la desaparición forzada de personas. Todos sabemos esto, lamentablemente, como también sabemos que esto no terminó el 10 de diciembre del ´83. Pero estamos trabajando sobre una serie de ejes que nos parecen muy importantes, como ser qué saldo hasta el día de hoy nos dejan los juicios que se llevan adelante por delitos de lesa humanidad; rescatar el rol de los trabajadores no sólo en la resistencia a la dictadura, sino en la construcción democrática de este país, que es una deuda que tenemos como pueblo y que los trabajadores somos los principales interesados en que podamos vivir en una sociedad realmente democrática.
Ante el 40 aniversario de esta fecha nefasta que es un poco la síntesis de todo lo que significa la noche más negra de la Argentina, como lo fue la del 24 de marzo del `76, redoblas esfuerzos para que todos los trabajadores y el pueblo argentino podamos salir a la calle como lo venimos haciendo hace tanto tiempo.
-En ese sentido, es paradójico que a estos 40 años de democracia, estamos ante un nuevo ejecutivo que contradice esos logros y que incluso es probable que se agudice la persecución contra la protesta social.
Si, por supuesto. A mí no me cabe duda que va a ser así. Nosotros no podemos caer en análisis muy estereotipados, muy simplistas. La derecha siempre ha tenido la cualidad de poder mimetizarse, de agiornarse en sus prácticas y sus discursos. Lo que sí nos queda claro es que un gobierno representa intereses; algunos -como por ejemplo éste que se está yendo- son gobiernos con representación de intereses muy contradictorios. Éste que plantea el macrismo es mucho más homogéneo en su composición e ideología, por lo tanto es factible que tengamos que estar ante la presencia de una accionar mucho más decidido, mucho más duro contra las luchas populares, por eso hay que estar preparados. Nosotros lo venimos sosteniendo desde la Central, lo dijimos antes del balotaje e incluso antes del 25 de octubre que «gane quien gane, nos van a encontrar en la calle». Nosotros tenemos intereses de clase, que no se negocian al igual que los derechos. Los derechos no se reclaman, no se mendigan, sino que se conquistan. Esa es nuestra obligación moral y política como integrantes de la clase trabajadora.
Fuente: agenciaacta. por Melissa Zenobi y Miguel Aguirre.