Inicia juicio a Magistrado que en la dictadura encubrió la muerte del preso político Ángel Georgiadis

El lunes se realizará la primer audiencia contra el Fiscal General de Morón y ex Juez de Lomas de Zamora, Nievas Woodgate. nievas juicio

Ángel Georgiadis era un joven militante que en 1977 fue detenido por un supuesto hurto de automotor, luego quedó a disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nacional) en la Unidad Nº 9 de La Plata. Posteriormente, el ejército los trasladó para tomarle una “declaración indagatoria” y por último, el detenido apareció muerto después de haber sido torturado.

En medio de este procedimiento genocida estaba presente el Juez de Lomas de Zamora, Nievas Woodgate, ya que firmó una documentación autorizando su traslado con un sello que calificaba a Georgiadis de “subversivo”.

Al respecto, los allegados de la víctima y la querella afirma: “Nieva Woodgate, que era juez penal de Lomas de Zamora, recibió un oficio firmado (…), que anunciaba que la Unidad 9 de La Plata entregaba a Georgiadis a personal para su traslado a esa unidad militar, donde sería interrogado. Uno de los papeles tiene un sello cruzado que dice subversivo. Nieva Woodgate permitió ese traslado y habría conocido que la mecánica no eran simples interrogatorios. Georgiadis fue torturado allí y finalmente se reportó su muerte. Como juez a cargo de la situación de Georgiadis, Nievas debió haber denunciado o investigado las circunstancias de la muerte. No lo hizo ni entonces, ni en democracia.”

Además de la denuncia de ese “modus operandís”, la querella recalca: “Es imposible que, tanto el personal penitenciario, como así también el y/o los jueces intervinientes que tuvieran las causas en que se encontraba investigado Georgiadis, pudieran sostener como creíble, plausible, incluso con las normas legales vigentes en aquellos momentos que el mencionado fuera retirado por personal militar “para ser sometido a indagatoria. Ese acto procesal, no podía llevarse a cabo en una unidad del ejército por personal militar común. Sólo podía realizarse por orden y ante un Tribunal Militar, adecuadamente constituido. Es decir que, por ninguna razón, puede tomarse como cierta o creerse la versión escrita y consolidada en la nota-oficio recibida por el magistrado. Pese a ello jamás hizo nada, ni en tiempo de dictadura, ni en tiempo de democracia. Simplemente ignoró una realidad, convalidó una mentira. Luego vino la muerte de Georgiadis.”

 

 

CTA Buenos Aires.

 

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