«Sin Trabajo no hay infancia»
La CTA provincia de Buenos Aires despide con dolor al compañero Alberto Morlachetti, quien a través de su fundación Pelota de Trapo y del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo nos enseñó que la principal disputa está desde que los niños y las niñas llegan al mundo.
Alberto Morlachetti nació en Córdoba pero vivió gran parte de su vida en Avellaneda. Su niñez no fue fácil, trabajó desde chico, aunque eso no le impidió graduarse como Sociólogo en la Universidad de Buenos Aires. En 1987 fundó, junto al Padre Carlos Cajade, el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo que nuclea a unas 400 instituciones no gubernamentales de todo el país. Luchó más de treinta años por los niños, las niñas y los jóvenes, dio origen a una gran obra a través de la Fundación Pelota de Trapo, que incluye un Hogar para niños, una casa para bebés, una casa para jóvenes, imprenta, panadería, una agencia de noticias, entre otras iniciativas. Como lo reconoció en sucesivas oportunidades el Foro por los Derechos de la Niñez, Morlachetti fue uno de los «abridores de caminos» en este terreno tan disputado que es la infancia. Y siempre será recordado como el principal impulsor de la batalla contra el crimen del hambre y en la pelea por una Asignación Universal por Hijo.
Integró la Central de Trabajadores de la Argentina desde sus comienzos, y organizó las marchas de los Chicos del Pueblo con sus caminatas hasta Plaza de Mayo. Morlachetti dijo: “Creímos siempre que sin trabajo no hay infancia, y por eso generamos el encuentro de los chicos del pueblo en la CGT (Confederación General del Trabajo) en el año 1988. En el año 1990 se realiza el Primer Encuentro Latinoamericano de los Chicos del Pueblo, organizado por el Movimiento con la presencia de las representaciones más combativas a favor de los derechos de los niños, donde concurren 18 países latinoamericanos, que es auspiciada por Radda Barnen de Suecia”.
Morlachetti también dijo: «Construir una sociedad de semejantes no admite espera, porque la única materia prima no renovable son nuestros hijos: texturas del futuro. En la pizarra de los caminos los niños nos dejaron un legado: Los pibes no marchan porque son felices. Marchan por la felicidad, como “los pájaros no cantan porque amaneció, cantan para que amanezca”.
En el año 2013 participó de un sentido homenanje a Cajade organizado por la CTA de Berisso, y en esa oportunidad condenó las políticas de estos gobiernos respecto a la infancia, al tiempo que advirtió que “no habrá cambio en el capitalismo”. En ese sentido, afirmó: «hay que llamar las cosas por su nombre, la única manera de lograr una sociedad distinta es a través del socialismo. No existe un capitalismo más humano, el capitalismo fabrica la pobreza y los pibes en la calle”. También destacó el valor del trabajo en la dignificación del ser humano, y en ese sentido recordó que junto a Cajade eran claros al predicar que “detrás de un pibe en la calle hay un padre sin trabajo”.
Desde la Central de Trabajadores, el lugar al que él perteneció porque «el trabajo dignifica», y que lo tuvo como su secretario de Derechos Humanos a nivel Nacional cuando Carlos Cajade ocupaba ese cargo en la provincia, lo despedimos y nos lo quedamos, alto en nuestras banderas, convencidos de que «con ternura venceremos».