Por Wikileaks sabíamos de los contactos del fiscal con la embajada norteamericana y con agencias de inteligencia; como también conocíamos de las instrucciones de Néstor Kirchner para que el fiscal Nisman tomara contacto con Stiuso, el responsable del tema AMIA desde la Secretaría de Inteligencia y ahora desafectado. Son todos contactos con los centros de operaciones y manipulaciones que siempre afectan al movimiento popular.
El terrorismo de Estado nos afecta en el país, por lo menos desde 1975/76, e internacionalmente desde la evidencia del accionar imperialista en cualquier territorio para afectar cualquier proceso con perspectivas de cambio y revolución.
Por eso el accionar terrorista fue y es contra Cuba y los procesos de cambio en la región, especialmente Venezuela; y oportunamente las invasiones en Afganistán o Irak: las denuncias contra Irán y Siria, como las incursiones en Libia y el aliento golpista en Honduras o Paraguay, junto al aliento a la permanencia de tropas en Haití.
Desde esas usinas se estimuló la Ley Antiterrorista en Argentina y otros países de la región y del mundo. En ese marco, actúa el espionaje al movimiento popular, el Proyecto X entre otros.
Desde la CTA Autónoma llamamos a un pronunciamiento popular denunciando las intrigas y el secreto sobre los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel. Hay que abrir los archivos y exigir la intervención popular en la indagación de los hechos que demandan justicia.
El acontecimiento Nisman da cuenta de la crisis política en la Argentina, cuya principal manifestación pasa por la desconfianza de la sociedad sobre si la muerte devino de suicidio o asesinato, que en cualquier caso tiene impacto en la política con beneficiados o perjudicados.
En ningún caso beneficia al movimiento popular, por lo que nos convoca a generar condiciones políticas para avanzar en un proceso realmente popular, anticapitalista y antiimperialista.
Foto: DyN.