Richard Ferreira de la USIP de Uruguay visitó la CTA Buenos Aires
Se profundiza el debate sobre la sindicalización policial
En el marco de la profundización del debate sobre la sindicalización de la policía en la provincia de Buenos Aires y en Argentina, Richard Ferreira, miembro de la Unión de Sindicatos Policiales (USIP) de Uruguay, visitó la CTA Buenos Aires y nos dejó su experiencia y su opinión sobre temas tan álgidos como el rol del policía dentro del estado y la sociedad, su postura frente a la orden de represión y la visión a cerca del gatillo fácil.
Richard Ferreira es uno de los 5 miembros del ejecutivo que conduce a la USIP, la misma está integrada por 12 gremios policiales enrolados en la PIT-CNT. El dirigentes integra además la mesa de esa Central obrera uruguaya.
¿Cuál es la experiencia de la sindicalización de la policía en Uruguay?
Ferreira: “Es una experiencia nueva que ha generado discusión, sobre si corresponde o no y como hacerla. Ha sido muy buena para los policías, porque ha tenido que enfrentar una realidad muy distinta, en la que hemos tenido que capacitarnos para dar la pelea como trabajadores por los derechos básicos, como salario, vivienda, salud y todo lo que hace a la vida digna de un obrero”
“Los sindicatos policiales están reconocidos públicamente en Uruguay desde el año 2005, cuando el gobierno presidido por Tabaré Vázquez, estando el Ministerio del Interior dirigido por José Díaz, encaró la sindicalización como un hecho natural”.
“En el andar nos fuimos dando varias formas de sindicalización. Primero una forma centralizada a nivel nacional, que no sirvió porque no respondía a las necesidades del interior, después optamos por otras formas, con independencia en los Departamentos (Provincias) y empezaron a formarse sindicatos locales, con policías que responden a un jefe. Así llegamos a la actualidad y tenemos un sindicato por cada Departamento, aunque en algunos hay más y todavía seguimos trabajando por la unidad de los sindicatos”.
“Como organización sindical estamos trabajando con la Central PIT-CNT desde 2007, participando del Congreso e integramos la mesa representativa. Aspiramos algún día llegar a integrar el órgano ejecutivo que tiene 15 integrantes. Tenemos 27 mil trabajadores policiales en todo el país y si miramos hacia el futuro podría llegar a ser uno de los sindicatos más grandes”.
¿Cómo debe considerarse a un policía en relación al trabajo?
“El policía es un trabajador como cualquier otro. Se levanta todos los días a las 4 o a las 6 de la mañana para ir a cumplir su tarea. Deja a su familia y sale más expuesto que cualquier otro. Cualquier trabajador esta expuesto a la delincuencia y a la inseguridad como ciudadano, pero el policía lo hace 10 veces más, porque esta uniformado y esto es cuestión de vida. Tenemos compañeros que han perdido sus vidas por el solo hecho de estar uniformados”.
“Nos consideramos abarcados por la generalidad del trabajador. Somos trabajadores de principio a fin. Tenemos las mismas dificultades que el resto de la clase, malas condiciones de trabajo, falta condiciones edilicias, falta de indumentaria, armamiento inadecuado que no se ajusta a la realidad de la delincuencia”.
¿Y frente a la tarea que le asignan el Estado y la sociedad?
“Las políticas estatales de seguridad son ajenas a los trabajadores. Así como en una empresa la política la decide el patrón y no el trabajador, en el estado las políticas de seguridad las decide el gobierno. A pesar de eso pretendemos influir en las cosas que hacen al trasfondo de la historia en la policía.
Tanto en Argentina como en el resto de Latinoamérica las fuerzas policiales siguen siendo muy cuestionadas por su accionar en el pasado
“En Uruguay tenemos una policía que fue mal utilizada por los gobiernos dictatoriales, por lo tanto cargamos con un lastre penoso, del que nos ha costado muchos años desprendernos. Sigue siendo un gran trabajo explicar que no somos los mismos policías de hace 20 o 30 años, sino trabajadores con otra cabeza, con otra expectativa de vida al servicio de la sociedad.
Queremos tomar los valores de los guardias civiles anteriores a la dictadura, como el policía amigo, cercano a la ciudadanía. Esto es parte de lo que venimos trabajando en el esfuerzo de democratizar a la policía, y hacerla participe de las realidades sociales, del barrio de la zona en que uno trabaja. No se es solo policía previniendo y reprimiendo el delito, sino siendo parte de la sociedad y ayudando a cambiarla desde adentro”.
El gatillo fácil y la represión del conflicto social por parte de las fuerzas policiales son dos flagelos que sufren los trabajadores y los sectores populares más vulnerables. ¿Cuál es la postura de ustedes frente a eso?
“Frente al gatillo fácil y el conflicto social somos promotores del diálogo, no solo dentro de los reclamos sindicales, sino también dentro de los movimientos sociales, en los cuales participamos. Creemos que el policía es un trabajador que puede ayudar a solucionar los conflictos y no a agravarlos dando palos o reprimiendo. Esta es nuestra política y la llevamos adelante”.
“Hemos participado en diversos conflictos como negociadores para intentar evitar la represión, algunos agremiados han sido reacios a la represión y eso también ha disparado debates y discusiones dentro de la fuerza pública. Nosotros creemos que nuestra función es llegar al conflicto no para ordenar la represión, sino para intentar mediante el dialogo evitarla pero dando cumplimiento a la justicia, que eso es para lo que el estado manda a la policía”.
“En cuanto al gatillo fácil, en Uruguay no esta ni legalizado ni bien visto. Hemos tenido hechos en los que han muerto personas, pero lamentablemente son accidentes de riesgo, donde los policías deben decidir en cuestiones de segundos que hacen y que no hacen”.
“Son decisiones individuales que no tienen el aval de nadie ni son respaldadas por nadie, pero tampoco podemos dejar a los trabajadores abandonados a la buena de dios frente a eso, y decirles que no pueden actuar, porque en eso estamos consintiendo el desorden social, la inestabilidad social y la delincuencia”.
“Hay que buscar un punto medio en que se respalde al trabajador, que no se lo desanime cuando tiene que actuar y a su vez que no se sienta con carta blanca para hacer lo que se le cante”.
¿La formación policial en Uruguay tiene alguna formación en cuanto a Derechos Humanos, cual es su visión respecto a los mismos?
“En la escuela Nacional de Policía donde se forman los oficiales se ve una materia de Derechos Humanos a nivel universal, pero este cambio es más que nada parte de una cuestión cultural. Desde lo sindical hemos avanzado con los trabajadores en entender que el recluso o el detenido son seres humanos, entender que en la medida que el reo o el recluso están bien, los policías podemos estar mejor. Y esto también se aplica a la sociedad, en la medida que la sociedad esta mejor los policías estamos mejor, porque somos parte de ella”.
“Nuestra lucha viene por defender los derechos humanos de los civiles, que en definitiva son nuestra familia y nuestros hijos”.
La de ustedes es la primer experiencia de sindicalización en América Latina. ¿Cómo está la situación en la región?
“La de Uruguay es la primer experiencia de sindicalización reconocida de la policía en América Latina, aunque hay otras: la de Argentina es anterior y tiene mucha historia, pero que aún no ha sido reconocida legalmente. En Chile, los sindicalizados son los guardiacarceles, que se llaman Gendarmes, en Brasil hay policía militar y policía civil y la que esta sindicalizada es la policía civil. La sindicalización de la policía es un hecho positivo, porque en sus filas están los hijos del pueblo y por lo tanto debemos seguir estrechando lazos y redoblando esfuerzos para afianzarla en la región”.
CTA Buenos Aires.