Rigane: «Nuestra actitud no puede ser otra que dialogar, confrontar y luchar»
Semanas atrás, jueces de Dolores -en connivencia con la Cooperativa CESOP de San Bernardo- mediante una medida cautelar, modificaron un artículo –que tiene más de 40 años de vigencia- del CCT 36/75 para beneficiar al sindicato empresarial y Simplemente Inscripto General Pueyrredón que refiere a la política de ingresos. Hoy rige sobre el conflicto una Conciliación Obligatoria que las partes acataron. Sin embargo, el conflicto continúa con una audiencia en el ámbito del Ministerio de Trabajo en la delegación de Mar del Tuyú.
En esta entrevista, José Rigane secretario General de Luz y Fuerza Mar del Plata nos explica los alcances de la Conciliación y realiza un análisis de fondo respecto de lo que significa defender el Convenio Colectivo de Trabajo en el marco de la falta de Libertad y Democracia Sindical.
– ¿Cómo recibió el gremio la Conciliación Obligatoria que dictó el Ministerio de Trabajo?
– Partamos de la base que ningún conflicto forma parte de un objetivo de nuestra organización sindical. El conflicto es consecuencia de una gestión que no tiene la respuesta adecuada. En este caso, con el intento de avasallamiento de nuestros derechos, por eso vamos al conflicto.
La conciliación obligatoria es un mecanismo que instrumenta el órgano de aplicación, que en este caso es el Ministerio de Trabajo de la Provincia, como una fórmula para establecer el diálogo entre las partes en el ámbito del Ministerio y encontrar soluciones que hasta ese momento no se encontraron y llevaron al conflicto.
¿Si le sirve al gremio? Claro que le sirve porque el gremio no tiene como objetivo en sí mismo estar peleándose todo el día con las empresas; y porque además los trabajadores cuando vamos al conflicto no ganamos nada, normalmente perdemos. Porque hay represión, porque en la marcha que hicimos ese viernes nos detuvieron los micros, por ejemplo.
Estaba todo rodeado de policías de distinto color y tamaño precisamente para que la manifestación estuviera acotada. Es decir que podría sintetizarlo así: no nos regalan ni nos reparten alfajores ni caramelos. La conciliación sirve en tanto y en cuanto nosotros podamos defender lo que estamos planteándonos como objetivo, y en este caso es mantener un derecho convencional que tiene más de 40 años, y que durante 40 años o más no fue cuestionado.
Esto responde más a un escenario de apetencia política de un grupo de trabajadores que conforma una organización en el marco del desarrollo que hace la FATLyF -que es el sindicalismo empresarial- y que en ese contexto intenta quedarse con nuestra Personería Gremial. La única manera de lograrlo es tener mayor cantidad de afiliados que nosotros en la disputa de conteo. Esos afiliados no los tiene (el sindicato General) Pueyrredón, y como no tiene esos afiliados lo que hace ahora es acción de todo tipo y color para ver si puede quitarnos el derecho convencional.
Lo más grave de todo esto es que un sindicato de la Federación va contra su propio Convenio Colectivo de Trabajo. Eso es más que una barrabasada.
-¿Ustedes creen que esta medida judicial que modificó un artículo del Convenio podría habilitar que en un futuro la justicia o el Ministerio de Trabajo continúen metiéndose en la modificación del articulado del Convenio? ¿Por eso se sostiene con tanta firmeza que se está defendiendo un Convenio Nacional?
– Lo lamentable es que los jueces ya se metieron, y nosotros acá estamos peleando contra una organización sindical que desde el punto de vista de la representación, en términos de nuestra jurisdicción, es minoritaria. Pero estamos enfrentándonos al poder político, y también nos estamos enfrentando al Poder Judicial que se expresa en algunos jueces de manera equívoca y no fundados en derecho.
Cuando hablamos de Convenio Colectivo de Trabajo hablamos de un instrumento que se establece como una relación entre las empresas y los trabajadores. El Convenio tiene valor de ley entre las partes y mucho más si está homologado en el Ministerio de Trabajo de la Nación y de acuerdo a las leyes que rigen a nuestro país. Este es un Convenio Colectivo de Trabajo que fue acordado entre las partes: empresa y trabajadores y fue homologado en 1975. Cuando un juez tiene que intervenir sobre un derecho establecido, llámese Ley 23.551 de Asociaciones Profesionales, llámese Constitución Nacional, etc, si el juez entiende que hay algo que no establece los derechos en igualdad de condiciones, lo que puede hacer es tomar la determinación de declararlo inconstitucional. Entonces, los jueces pueden declarar inconstitucional un artículo determinado de la Convención Colectiva de Trabajo; de la misma manera que pueden declarar inconstitucional, y ya lo han hecho, un artículo que compone la Ley de Asociaciones Profesionales; y de la misma manera lo pueden hacer con otras leyes.
Ahora, lo que no puede hacer ningún juez, y es lo que están haciendo y ahí está la gravedad de la situación, es meterse a redactar artículos del Convenio Colectivo de Trabajo.
Están entrometiéndose en nuestra Convención Colectiva de Trabajo que abarca a más de 41 sindicatos que existen en nuestro país del ámbito eléctrico. Ellos están metiéndose en la nueva redacción, cuando ellos lo que tendrían que hacer en todo caso es decir “Señores, declaramos este artículo inconstitucional y convocamos a las partes a que se sienten a hacer una nueva redacción”. Esta es la gravedad de la situación, es meterse en el ámbito que no les corresponde y quitarnos derechos a los trabajadores.
La otra cuestión, que es más grave aún, es que están estableciendo derechos a favor de las empresas para que establezcan condiciones para seleccionar quién va a ingresar o no a una empresa. Y esto es más grave todavía porque le quita poder al conjunto de los trabajadores, al Movimiento Obrero y se lo otorga a la empresa. Con lo cual tampoco hay equidad en el accionar de los jueces.
Bueno, ¿cómo no vamos a pelear contra esto? ¿cómo no vamos a manifestarnos contra esto?, ¿cómo no vamos a denunciar contra esto? ¡Claro que lo vamos a seguir haciendo! Es obvio que es el único camino que nos dejan y ése es el camino que transitamos.
– El paro y la movilización que se decidieron por unanimidad, la Asamblea que se hizo fue masiva, la movilización fue masiva. ¿Por qué para los lucifuercistas de Mar del Plata es tan importante la Bolsa de Trabajo?
– Digamoslo de esta manera: lo que es importante es que nosotros defendemos derechos establecidos. No importa si es de la política de ingreso, si es específicamente la Bolsa de Trabajo, si es el artículo que corresponde al proceso jubilatorio, si se trata del artículo que establece cómo se publica una vacante. Estamos defendiendo el derecho. Un derecho que no fue regalado, es un derecho que hemos conquistado los trabajadores y aquéllos que nos precedieron luchando a través de décadas. Porque acá no hay regalos, acá hay lucha, hay sacrificio, hay esfuerzo, hay dedicación y quizás hasta alguna muerte en el camino para tener lo que se tiene. Y ahora, gratuitamente, quienes no tienen ni representación, ni historia, ni trayectoria, acompañados por el poder político de turno en algunos casos y por algunos jueces en otros, intentan quitarnos ese derecho.
Porque este derecho, en nuestro caso, no es sólo para nosotros. Ese derecho es para toda la sociedad, y acá es donde tiene que entender la sociedad que esta organización articula la defensa de sus intereses sectoriales con los intereses generales. Porque en nuestra Bolsa de Trabajo se puede anotar cualquier miembro de la sociedad que así lo desee porque está abierta a la comunidad. Si bien hay anotaciones de familiares directos, también un particular se puede anotar, reunidas las condiciones mínimas que están preestablecidas para poder ingresar a trabajar en la empresa eléctrica.
-Y después puede elegir afiliarse al sindicato que quiera.
– Por supuesto. La Bolsa de Trabajo la recuperamos en 1987 porque nos la quitó la dictadura cívico-militar, como tantas otras cosas que todavía no están resueltas en este país. 30 años de democracia, pero todavía en este país existen despidos sin causa, acá a cualquier patrón se le antoja echar a alguien y lo echa, y cree que lo resuelve pagándole indemnización. Es una verdadera vergüenza e incluso para la Cámara de Diputados y Senadores de esta Nación que no se ocupan en defender a quien tiene menos poder ante quienes detentan el poder. La posibilidad de que un patrón eche a un trabajador sin causa significa siempre que está latente a perder el trabajo porque no le gusta la cara, porque no está de acuerdo como lo saludó. Esa es una verdadera vergüenza.
Por eso que el tema de la defensa de los derechos tiene en estas circunstancias, en este momento, absoluto valor. Ahora hay una ofensiva, si la crisis se descarga sobre los trabajadores, devaluación de por medio, proceso inflacionario de por medio, pérdida de poder adquisitivo del salario y así de seguido, no estamos viviendo en el mejor de los momentos. Y encima vienen por nosotros, por nuestros derechos. Me parece que nuestra actitud no puede ser otra que esa: confrontar, luchar, y si hay que dialogar, dialogamos, y si hay que gestionar, gestionamos. Pero lo que no podemos es renunciar a nuestra condición de trabajadores y menos a nuestra dignidad.
-Una de las banderas históricas de la CTA está vinculada con la libertad y democracia sindical ¿No es contradictorio ese planteo con que hoy se está en disputa contra un sindicato porque está Simplemente Inscripto?
– No es una contradicción. Una contradicción se le puede generar a aquél que no entiende cuál es nuestro sistema, el que establece la Ley de Asociaciones Profesionales, para poder ser un sindicato reconocido institucionalmente.
La Ley de Asociaciones Profesionales en Argentina, que es única en el mundo, establece que para armar un sindicato tiene que haber como mínimo 50 trabajadores. Los trabajadores se reúnen y dicen “vamos a armar un sindicato, lo vamos a llamar sindicato A” y entonces se supondría que con esa sola decisión el sindicato debería empezar a funcionar. Eso es lo que pasa con cualquier grupo de empresarios que se juntan y arman una organización, se juntan y se acabó. La personería no se las entrega nadie, el reconocimiento no se lo otorga nadie, pero a los trabajadores no. Los trabajadores tenemos que presentar papelitos en el Ministerio de Trabajo, y el Ministerio de Trabajo de acuerdo a la ley nos puede decir: que nos reconoce la Inscripción Gremial que es una categoría inferior, o nos reconoce la Personería Gremial que es una categoría superior. Con lo cual, en la Argentina, hay dos niveles de organizaciones sindicales: las Simplemente Inscriptas que tienen menos derechos, ahora tienen algunos más producto de la pelea de la CTA y de las resoluciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no por el poder político –esto tiene que estar claro-, acá el que más ha avanzado en eso es la Corte Suprema de la Nación. Después está el sindicato con Personería Gremial que es el que tiene, de acuerdo a la ley, todos los derechos.
Cuando nosotros hablamos de libertad y democracia sindical, y decimos que en este país “no hay libertad ni democracia sindical” es porque la decisión si le otorgó la Personería Gremial a un sindicato o le otorgó la Inscripción Gremial a un sindicato, es una decisión política. La CTA tiene 21 años de existencia y más de 1 millón de trabajadores afiliados, ha cumplido con todos los requisitos, tiene más de 8 pedidos de la Organización Internacional del Trabajo diciéndole al Gobierno que le tiene que otorgar la Personería Gremial, y el gobierno éste y los anteriores no lo hicieron. Pero no porque no hayamos cumplimentado con el trámite administrativo y técnico de presentar los papelitos que hay que presentar para ser reconocidos. Es porque hay una decisión política de no reconocerla. Entonces, eso es una decisión que no está basada en una ley, en un derecho, sino que es la voluntad del funcionario de turno. ¿Qué es eso? Discriminación, absoluta y directa, por conveniencia, o no, política. Lo mismo pasa con el Simplemente Inscripto. Hay muchas organizaciones que han presentado la documentación. Nos pasó a nosotros con la Federación de Trabajadores de la Energía. Formamos la Federación en 1995, en el ´96 presentamos la documentación pertinente para ser Simplemente Inscriptos, nos dio la inscripción el Ministerio de Trabajo, tres meses después nos la quitó porque en aquel momento Oscar Adrián Lescano pidió que nos quitaran la Inscripción Gremial, tuvimos que ir a la justicia, y obtuvimos la Inscripción Gremial porque fuimos a la justicia. La justicia nos otorgó la Inscripción Gremial, no el Ministerio de Trabajo del momento, no el gobierno del momento.
Entonces, en ese contexto, cuando un Simplemente Inscripto como el de General Pueyrredon que responde al sindicalismo empresarial, quiere actuar en nuestra jurisdicción, el Ministerio le dio rápidamente ámbito de actuación en nuestra jurisdicción; a nosotros no nos consultan absolutamente nada. Le dio la Inscripción, le dio nuestra jurisdicción. ¿Para qué creen que se las da? Porque la Ley dice que si hay un sindicato con Personería Gremial, el que tiene primacía sobre el Inscripto es el que tiene Personería Gremial. Si el Inscripto quiere tener la Personería Gremial lo tiene que sacar al que tiene la Personería Gremial y para sacarlo tiene que sacarle los afiliados. ¿Qué es eso?, eso es una carnicería, y esto es lo que hace Pueyrredón: viene por nosotros, no viene a convivir con nosotros, ¡viene por nosotros! ¿Y qué sucede cuando alguien viene por vos? Uno se defiende, se para dentro de los ámbitos legales y se defiende. Dentro del ámbito institucional, nosotros tenemos derechos establecidos a los cuales, por supuesto, los vamos a ejercer para defendernos.
Si acá hubiese libertad y democracia sindical, no nos importaría ni Pueyrredón ni ninguna otra organización que se precie como tal porque ahí tenemos claro que se define por el nivel de representación y por el nivel de aceptación de los trabajadores respecto de esa organización. Por lo tanto es la voluntad de los trabajadores la que decide en qué organización quiere estar, pero no es la decisión y la presión del Ministerio de Trabajo la que establece qué organización tiene más derechos que otra. Esto es una verdadera vergüenza, esto no tiene nada que ver con libertad y democracia sindical. Libertad y democracia sindical, para nosotros, es que cada grupo de trabajadores que quiera armar una organización, que lo haga y que lo único que tenga que hacer sea registrarse, como dice la Constitución Nacional -eso dice el Artículo 14 y 14 Bis- y punto, y no tiene que rendir pleitesía a nadie, no tiene que estar de acuerdo políticamente con nadie. El trabajador hace su gestión en función de resolver los problemas profesionales que le aquejan.
-Entonces en este contexto, atacar el Artículo 3 del Convenio Colectivo es estratégico para Pueyrredon…
– Porque tienen una concepción corporativista, ortodoxa. Diría más que avejentada, que está fuera de contexto, que viene de la burocracia en su peor expresión, porque burocracia o burócrata existe en todo ámbito y lugar, pero ésta es la peor.
El sindicalismo empresarial generó un nivel que nada tiene que ver con la afiliación y el afiliado. Un afiliado a una organización se supone que es el sujeto más importante de la misma y se entiende que su atracción es la que determina el andar de la organización. Pero cuando a uno no le interesa el afiliado y lo que le interesa es manejar la estructura y por lo tanto no me interesa el afiliado porque no lo afilio pero le cobro el uso del Convenio Colectivo de Trabajo; no me interesa el afiliado pero me interesa como cliente, porque le vendo la ART, le vendo turismo, le vendo, le vendo, le vendo. Entonces, la organización sindical deja de tener el sentido con el que nació en el sistema capitalista, y esto es lo que busca esta gente, no le importa la gente, valga la redundancia. Lo que le importa es tener trabajadores como clientes y poder venderles todo lo que sea posible, porque le interesa más como cliente que como afiliado. Y esto es lo que motiva un poco a Pueyrredon a hacer lo que hace: creer que porque el trabajador entra por la Bolsa de Trabajo diseñada por ellos van a tener más afiliados. No, nunca van a poder tener más afiliados porque los trabajadores son dignos, porque los trabajadores son conscientes precisamente de su valor, y más tarde o más temprano que tarde –dijera Allende- van a formar parte de una organización que realmente defienda y promueva el desarrollo de su mejor bienestar. Y este tipo de organizaciones que entienden que el conflicto es el resultado de que se fracasó en la gestión, terminan siendo funcionales a los intereses de las empresas y a los intereses de los gobiernos de turno, cualquiera que sean. La prueba más evidente es que la Federación de Luz y Fuerza, a nivel nacional, el primer y último paro que hizo después de la dictadura militar fue en 1986, después nunca más paró.
-Por último, José, y volviendo a este conflicto. Los próximos pasos a seguir ¿cuáles van a ser?
– Nosotros vamos a trabajar para que no sigan avanzando decisiones políticas y judiciales que no se corresponden con la verdadera vigencia del Convenio Colectivo de Trabajo, y en ese sentido tenemos la disposición, y de hecho se viene haciendo, de discutir con la representación de la Cooperativa, con los asesores legales sin ningún tipo de inconveniente. Lo que no estamos dispuestos es a renunciar a ningún derecho, y si eso significa volver al conflicto, volveremos al conflicto; pero nuestra intencionalidad es aprovechar este tiempo para resolver este tema, este problema que no solo se da en la Cooperativa de San Bernardo, lamentablemente y desgraciadamente se da en otros ámbitos. Esa es nuestra necesidad de acción, pero de paso digo esto: esta gente que lleva adelante esta iniciativa tiene una lógica tan entreguista, una lógica de tanta supeditación que está rompiendo el Convenio Nacional de su propia Federación y de todas las organizaciones sindicales del país. Porque cuando rompe con el Artículo 3 en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, lo está trasladando como precedente a todo el país. Porque estamos hablando de un Convenio Colectivo que no es de empresa, como sucede con EDEA o con Centrales de la Costa, estamos hablando de un Convenio Colectivo Nacional. ¿Qué derecho tiene una conducción Simplemente Inscripta de poner en quiebra o en supeditación a las empresas un derecho convencional que tiene más de 40 años de vigencia? No le asiste ningún derecho, solamente la irresponsabilidad, la decisión de querer ser lo que no se puede, o en todo caso el estar tan equivocado de formar parte de una Organización Sindical e ir en contra de sus propios derechos. Porque lo que está haciendo es ir en contra de los propios derechos de los trabajadores.
Fuente: Prensa Luz y Fuerza Mar del Plata
* Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina.