La secretaria General Adjunta de la CTA Autónoma regional La Plata, Lorena Romero, estuvo presente en el juicio acompañando a familiares y amigos, junto a organizaciones activistas por los derechos de las personas trans y travestis, y valoró la lucha llevada adelante por la comunidad para no dejar impune un nuevo hecho de violencia hacia las disidencias.
Nicol Ruiz tenía 35 años, era madre de dos adolescentes, militante por los derechos travestis y trans, y una figura de referencia en la comunidad de Los Hornos, donde sostenía un comedor y redes de apoyo para mujeres trans sin empleo. Su rol social y comunitario la convirtió en un pilar para muchas personas que enfrentaban situaciones de vulnerabilidad.
El condenado, Daniel Silvestrelli, contaba con una condena previa de nueve años y medio por robo agravado, incumplía las salidas transitorias y tenía pedido de captura al momento del hecho. Su conducta incluía amenazas con insultos homofóbicos, hostigamiento a la familia y otros episodios de violencia que formaron parte del contexto del crimen.
El nombre de Nicol permanece como bandera y demanda colectiva, recordando la necesidad de profundizar políticas públicas que garanticen una vida libre de violencias para toda la comunidad travesti-trans.