Durante 2024 el laboratorio Richmond logró un crecimiento económico extraordinario de más del 4000% en sus ganancias respecto del año anterior. A pesar de ello, y gracias al nuevo ordenamiento jurídico que rige desde que fueron delegadas facultades extraordinarias al poder ejecutivo del presidente Milei, la empresa optó por reducir líneas de trabajo y despedir empleados de experiencia, que ya suman 30 en los últimos 2 años.

La Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM), enrolada en la CTA Autónoma, denunció la maniobra desde un primer momento y exige la reincorporación de los compañeros.  “Se han dado muy abruptamente los despidos. En el lapso del último año llevamos 17 compañeros despedidos y los últimos dos años 30” explicó  la trabajadora de la empresa y secretaria General Adjunta de la CTAA Bonaerense Nadia Trinchero.

Además, la dirigente señaló que el plan del laboratorio fue despedir a “casi un 50 % de compañeros de AAPM de una línea, con el ingreso de un CEO gerente general que vino a achicar personal, no sólo dentro del laboratorio, sino que también en la planta y a desmantelar la línea ´Farma´, que es la línea de los productos crónicos para cardiología y neurología, que no son los productos más caros de la empresa” y agregó que “los más redituables para ellos son los de HIV y Oncología, que con este gobierno están totalmente desregularizado. Ellos tienen ganancias del 4000 %, y su idea es mantener la línea ´Farma´ en una mínima expresión porque con esa línea cotizan en la bolsa”

Cabe recordar que la empresa fue beneficiaria del acuerdo comercial del gobierno nacional para la producción de la vacuna Sputnik durante la pandemia. A pesar del impulso público-privado que llevó a un aumento exponencial del valor de sus acciones en la bolsa, hoy la empresa busca trasladar su voracidad empresarial sobre los trabajadores, aprovechando el contexto de políticas anti obreras  impulsadas por el gobierno de Javier Milei.

“Fueron reduciendo personal, sobre todo de los compañeros con antigüedad. Como sabemos, las nuevas leyes laborales lo permiten, con compañeros que trabajen por 7 meses y poder desvincularlos sin pagarles indemnización” dijo Trinchero y advirtió que  “Es por eso que hemos decidido tomar acciones gremiales muy fuertes, para que Richmond sea un espejo para los demás laboratorios. Las movilizaciones y las denuncias les han molestado bastante porque el dueño del laboratorio es una de las autoridades de CILFA, la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos, y tiene mucho poder dentro de la industria nacional”

Más que una empresa dedicada al cuidado de la salud, Richmond prioriza la comercialización de tratamientos impagables, el desfinanciamiento de los sistemas públicos y de obras sociales, e impone un modelo sanitario excluyente, donde el negocio y el lucro prevalecen sobre el trabajo y la salud de la población.

“Vamos a continuar con el plan de lucha, estamos en un cuarto intermedio. Estamos esperando que nos den una resolución con los despidos” indicó la secretaria General Adjunta de la CTAA bonaerense.