jueves 02 de enero de 2025 - Edición Nº91

Opinión | 30 dic 2024

PUERTO QUEQUÉN

"Sucio"

¿Quiénes ganan y quienes pierden con un "puerto sucio"?. El economista Maximiliano Cantoni analiza en detalle la situación y ofrece datos de vital importancia para dar el debate con la comunidad.


Históricamente, los granos exportados por Puerto Quequén tienen un diferencial de precios negativo respecto a igual producto exportado por otro puerto. La comparación habitual se realiza con el Puerto de Bahía Blanca. Al ser commodities, esta diferencia se explica principalmente por tres motivos: las condiciones climáticas, los costos operativos del puerto, y las diferencias tributarias del territorio donde se localiza la estación marítima.

Estos tres factores recaen sobre la actividad de las exportadoras: cuanto más le cuesta sacar las mercaderías del puerto, mayores son sus costos y menor su tasa de ganancia. Si los factores son persistentes en el tiempo las exportadoras recomponen su rentabilidad al trasladar las erogaciones extras a los eslabones inferiores pagando menos por los granos con los que opera. Así, el monto diferencial se traduce a una pérdida para los productores agrícolas de la región, ya que venden su mercadería a precios puesto en puerto.

Esta diferencia en el precio es el motivo por el cual se denomina "puerto sucio". La limpieza empezó hace rato y el objetivo reducirla a la mínima expresión para maximizar la ganancia de los productores. Dado que podríamos considerar que estamos en un juego de “suma cero”, es decir, lo que gana uno lo pierde otro (como es el caso del traslado del exportador al productor), se intenta trasladar el costo del productor al Estado o a la sociedad en su conjunto.

Entremos en detalle en cada uno de los motivos por los cuales se denomina "puerto sucio" y así entender de qué se lo quiere limpiar.

Condiciones adversas climáticas por fuertes vientos, niebla, oleaje y tormentas afectan la actividad portuaria, un puerto cerrado o restringido aumenta los tiempos de espera para la carga y aumenta los gastos de exportación. Puerto Quequén tiene el beneficio de encontrarse muy próximo a aguas profundas, el canal de acceso es relativamente corto y los buques se encuentran en aguas profundas con gran facilidad y en escasos minutos. Este beneficio tiene una contra, se encuentra muy expuesto a que el oleaje y por el clima se hace muy dificultoso operar, teniendo que cerrarse o restringir por tipo de buque el ingreso. Este era el principal motivo por el cual el precio del grano en Quequén tenía un precio más bajo que en otro puerto (por ejemplo Bahía Blanca, donde el canal de ingreso tiene 97 km y no tiene la exposición al oleaje, pero si al dragado). Esta circunstancia se modificó en el 2008 drásticamente gracias a la decisión del Estado y la inversión pública con la prolongación en 300 metros de la escollera Sur, la cual actúa de barrera protectora del oleaje, fundamental para que se pueda operar. Los números son más que elocuentes, previo a la inversión pública el puerto se encontraba cerrado en promedio casi un tercio de los días en el año (100 días), después de la obra se redujo a un promedio de 20/30 días al año. El precio del grano exportado por el puerto aumentó (no por arte de magia), el diferencial se redujo de siete u ocho dólares por tonelada a un dólar como expresaron los productores en un comunicado hace unos días ¿Quién se quedó con esa ganancia? Mucho reclamo no se escuchó.

El otro factor es la eficiencia en la operatoria portuaria, hay un mantra que se repite: para dejar de ser un puerto sucio hay que disminuir la conflictividad gremial. Al disciplinar a la fuerza de trabajo se logran menos medidas de fuerza y así más días operativo el puerto. La flexibilidad laboral también es un objetivo, fundamentalmente a partir de la década de los 90 se avanzó en ese camino con convenios laborales que van perdiendo derechos y se flexibilizan. El servicio de los remolcadores disponibles las 24 horas del día es un claro ejemplo de esa flexibilidad exigida, con anterioridad al 2016 el servicio era de turnos laborales de 12 horas. La ganancia empresarial de las empresas prestadoras de servicios en el puerto también son parte de los costos que influyen en el diferencial de precios ¿A alguien se le ocurre minimizarlos y flexibilizarlos para aumentar el precio del productor?

Vayamos al último factor, el que levantó revuelo en los últimos meses, el Estado cobrando tasas o impuestos sobre la actividad. El mismo Estado que invierte en infraestructura como la escollera que aumentó su ganancia como se expresó previamente ¿Cómo vamos a ser tan memoriosos y resentidos para ponerlo sobre la mesa? Actualmente se está discutiendo sobre la conveniencia de cobrar una tasa municipal sobre la exportación, lo recaudado se destinaría al mantenimiento de la infraestructura vial utilizada con cargas excesivas para exportar esos mismos granos. La simple pregunta es quién debería pagar la rotura de los caminos que producen los camiones cargados con cereales o oleaginosas ¿la sociedad en general pagando con impuestos generales o los que obtienen ganancias directas con dicha actividad con un tributo especifico? Consideremos los siguientes datos:

1) En 2024 se exportó por el Puerto más de 7.000.000 de toneladas de granos 

2) El camión el principal y único modo de transporte de las mercaderías comercializadas en el puerto

3) Cada camión tiene una capacidad aproximada de carga de 30 toneladas de granos. Por regla de tres simple obtenemos que en las calles de Quequén pasan 235.000 camiones al año, fenómeno no habitual en otros municipios y por el cual el Estado tiene derecho de cobrar una tasa por el servicio prestado, por injusto que crean los que deban pagarlo.

Eso es tener un puerto sucio, hay que limpiarlo un poco. La discusión por lo menos.

Lic. Maximiliano Cantoni - Economista

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