Seguridad alimentaria para la niñez y la adolescencia: Alimentación saludable y epidemia de sobrepeso y obesidad en niñas, niños y adolescentes
La Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes realizó un informe en el que se abordan tres temas prioritarios: seguridad alimentaria, educación, e ingreso universal a la niñez. Dentro de ellos la seguridad alimentaria es un gran tema que contiene puntos que son claves: uno es la transferencia monetaria a hogares con niños para poder acceder al alimento comprándolo. Y otro es a qué alimento se accede apelando a la idea de comensalidad, donde es importante el qué, cómo y dónde se consumen los alimentos.
De esta manera se juntan problemas culturales con problemas de accesibilidad. En ese sentido este documento plantea un seguimiento sobre seguridad alimentaria en el aspecto de la nutrición saludable. Promueve lactancia materna siempre que sea deseada, dice qué tipo de alimentación es adecuada para cada edad, e insta al Estado a resolver los problemas de accesibilidad al alimento saludable, entre ellos también a hacer campañas de promoción de la alimentación saludable.
Compartimos el enlace del documento y un breve resumen del mismo:
La Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, desde el inicio de su gestión (marzo 2020) ha marcado como tema principal de agenda la seguridad alimentaria, identificando la complejidad de la problemática expresada en el hambre, la desnutrición y la malnutrición.
Ya en el primer pronunciamiento de la institución (Junio 2020)1, se indicaba al Estado nacional la necesidad de abordar el tema desde diversos ejes, el del acceso a los alimentos en términos monetarios y que el alimento al cual se accede sea nutritivo y saludable para el desarrollo de cada niña, niño y adolescente acorde a su etapa de vida. A su vez, se observaban en ese sentido la necesidad de contar con información clara para el consumidor (Ley de etiquetado frontal) y la promoción de las agriculturas locales o regionales para lograr además del desarrollo de economías regionales, un alimento libre de contaminaciones por agrotóxicos, entre otros.
En cuanto al acceso económico a los alimentos, la Defensora emitió en mayo de este año un pronunciamiento2 donde se instaba a extender y adecuar las transferencias monetarias destinadas a la alimentación de niñas, niños y adolescentes. En tal sentido la Defensora saludó la ampliación del alcance y la adecuación de los montos de la Tarjeta Alimentar (TA), una solicitud expresa de esta Defensoría3, advirtiendo también la necesidad de sumar estrategias de control de precios y la necesidad de que la TA impacte en la calidad de los alimentos que se consumen para una alimentación saludable.
La epidemia de sobrepeso y obesidad en las infancias y adolescencias se agrava cada vez más en el mundo, y Argentina enfrenta estas formas de malnutrición sumadas a la desnutrición y a la inseguridad alimentaria.
El actual contexto de pandemia por COVID-19 implica un agravamiento de la situación social que origina consecuencias negativas en la seguridad alimentaria de la niñez y adolescencia.
La Defensora insta a:
- Promover y orientar el consumo de alimentos saludables, como complemento de los esfuerzos fiscales para sostener políticas públicas alimentarias.
- Reabrir la totalidad y sostener el funcionamiento de los comedores escolares (donde la situación epidemiológica lo permita) con especial atención en la calidad de los alimentos que brindan, acordes a las Guías Alimentarias (GAPA) que el Ministerio de Salud promueve.
- Promover y facilitar la compra y elaboración de comidas con alimentos frescos en comedores comunitarios.
- Promover y facilitar la lactancia materna
- Diseñar y ejecutar políticas publicas contundentes para frenar la creciente prevalencia obesidad infantil.
- Promulgar la ley de Alimentación saludable, que incluye el etiquetado frontal de alimentos, actualmente en Cámara de Diputados de la Nación.
- Promover el uso de la Tarjeta Alimentar para el consumo de productos regionales agroecológicos, potenciado las economías locales mediante acuerdos intersectoriales con protagonismo de los gobiernos municipales.
Es necesario avanzar ahora y hacerlo en forma constante, ya que la dificultad en el acceso a los alimentos en términos monetarios, como los cambios de hábitos en materia alimentaria son desafíos que, aunque requieren metas de corto, mediano y largo plazo, son urgentes de resolver.
Sin una alimentación sana no hay posibilidad de garantía plena de derechos para nuestra niñez y adolescencia y ese es el rol que debe asumir el Estado nacional y los estados provinciales, logrando avances concretos.