Satélites, telefonía y medios al servicio del pueblo

La tan ansiada soberanía comunicacional requiere satélites propios para llegar a donde hoy no llegan los cables de teléfono e internet, ahora servicios esenciales. Un recorrido por los distintos planos que componen el complejo sistema de la comunicación en Argentina, y los intereses involucrados.

Por Agencia CTA | No es una película de ciencia ficción: para tener soberanía comunicacional es imprescindible contar con satélites propios; y es que a los lugares a donde hoy no llegan los cables de teléfono e internet, se podría llegar vía satélite y todo el país tendría acceso a esos servicios considerados en la actualidad como esenciales. Las comunidades rurales tendrían acceso a internet, así como también los barrios populares.

La pandemia puso sobre la mesa que las desigualdades en el acceso a internet hacen que miles de niños, niñas y adolescentes no puedan acceder a la educación y se hayan quedado afuera de las planificaciones educativas de emergencia. El DNU del Gobierno, que prohíbe aumentar los precios a las empresas de telecomunicaciones hasta diciembre, se hizo en ese sentido. Pero para garantizar la plena soberanía comunicacional, dicen los trabajadores y las trabajadoras de las telecomunicaciones, es clave la nacionalización de los satélites. “Nosotros tenemos cables que nos conectan a internet mundial pero si esos cables se cortan, cómo pasó hace un par de años, nos quedamos sin conexión con el mundo y ahí es cuando tenemos que apelar a las comunicaciones vía satélite. Los campos y sitios inhóspitos adonde no llega el cableado, necesitan conectarse específicamente a través de satélites de comunicación. Estos satélites de comunicación, como el ARSAT, están en órbitas altas denominadas geoestacionarias, que son las más requeridas por el mundo”, explicó a ACTA un trabajador de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).

“Si no tenemos nuestros propios satélites, tenemos que comprar todos los servicios”, agregan. Pero además, el trabajador de la agencia del Gobierno argentino responsable del Plan Nacional Espacial destaca que los satélites son necesarios para mantener las órbitas asignadas a la Argentina, que es uno de los países más australes del mundo.

“Tenemos asignadas órbitas que son muy requeridas por el Norte, donde están todas las grandes potencias. Nosotros usamos los satélites para las comunicaciones, pero también para investigaciones, como la información sobre el suelo y sobre el clima. Si no los tuviéramos, tendríamos que comprar esa información a otros países”.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta “es que cuando nosotros aplicamos tecnología, estamos invirtiendo el saber que obtuvimos de las universidades, desarrollando materiales e industria propia. Porque más allá de la fabricación del satélite, es importante todo lo que hay alrededor, desde la piecita más chiquita, toda la infraestructura, incluso el comedor de los empleados y las empleadas, es nacional y eso genera trabajo”, señalaron.

Telefonía para todos y todas

“Los telefónicos en la CTA, hemos sostenido a lo largo del tiempo la importancia del control nacional, con participación de los trabajadores y usuarios, de las telecomunicaciones en Argentina. Asimismo hemos defendido que la telecomunicación es un derecho humano y no una mercancía y propusimos, en su momento, normas y legislación para regular el sector”, dice la Corriente Nacional de los Telefónicos en un comunicado que dieron a conocer luego del DNU presidencial.

Esta «prestación básica universal» (distinta a la del «servicio básico universal») comprende, según se desprende del texto del DNU, a la telefonía fija y móvil, así como a los demás servicios de TIC, “por lo tanto, se ha dado un paso en una dirección en principio favorable a los intereses de la clase trabajadora. La crítica desaforada que comienza a escucharse desde los sectores patronales y de la más rancia derecha, parece confirmar esto”, explica David Calderón de Telefónicos.

Si bien, según declaraciones del Presidente, la educación virtual en este tiempo de pandemia fue decisiva para esta iniciativa, “entendemos que, más allá de las importantes cuestiones particulares, las telecomunicaciones son un factor fundamental en un modelo de país, de desarrollo productivo y de cómo nos insertamos en el mundo. En particular, las telecomunicaciones bajo control nacional con la participación de usuarios y trabajadores, tienen que servir para el desarrollo de una industria propia de bienes de capital de informática, electrónica y comunicaciones. El modelo de desarrollo futuro de las comunicaciones es estratégico y debe ser objeto de políticas de Estado, concluyen.

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