Dicho país atraviesa hoy un proceso de paz en La Habana entre una parte de la guerrilla colombiana y el Gobierno al mando de Juan Manuel Santos. En este marco, el lugar asumido por la CUT de Colombia juega un rol fundamental. Se trata de una central constituida en un país donde sus grupos paramilitares y las fuerzas represivas de los gobiernos se han cobrado la vida de muchísimos militantes y luchadores populares. Esta central nació en el año 1986 y, con 28 años de existencia, lleva más de 3700 dirigentes asesinados, “Una cifra que es escalofriante, que es inconcebible en el contexto de un gobierno que se dice democrático”, señaló Micheli.
En el marco del respeto por el derecho de asociación y sindicalización y el número de afiliación sindical, las cifras hablan por sí solas. De 22 millones de trabajadores que existen en Colombia, sólo el 4 por ciento está sindicalizado. “Esta situación es entendible por el pánico que genera ser dirigente sindical, ya que prácticamente implica andar con una pistola en la cabeza, ser un blanco móvil”, afirmó el líder de la CTA.
Con las banderas bien en alto en respaldo a la lucha del pueblo colombiano, Pablo Micheli, acompañado por el Director de Relaciones Internacionales de la CTA, Rubén Garrido, marcharon para exigir justicia sobre los asesinatos como así también que se pueda dar una Colombia en el marco de una democracia en paz con justicia social y sin explotación.