El hecho de haber desarrollado esta Asamblea General Extraordinaria para elegir la Junta Electoral que abre el proceso hacia las elecciones de nuestra organización, que en principio están convocadas para el 29 de mayo, es una ratificación en varios aspectos. En primer lugar de la participación de los compañeros y compañeras, en segundo lugar la democracia interna en la propia organización y en tercer lugar la pluralidad existente, en tanto y en cuanto somos capaces de saber ubicarla en términos de consenso, enriquece a toda la organización, su posicionamiento y su fortaleza como tal. En lo que hay que trabajar, es en elevar el nivel de convivencia y evitar que esto conlleve una situación de fractura.
-Avanzar en el debate de ideas para ampliar el consenso y la unidad de acción
Creo que esta organización a lo largo de sus 70 años ha mostrado un desarrollo de iniciativas que tiene que ver con la defensa de derechos y reivindicaciones y el posicionamiento político en función de los intereses de los sectores populares. Además ha demostrado tener plena participación y compromiso en función de mejorar la vida dentro de la propia sociedad y, por supuesto, aportar a la transformación imprescindible que necesita el país a lo largo y ancho de su corta historia. Entonces, creo que está ratificado esto y, en todo caso, podemos reafirmar que en Luz y Fuerza Mar del Plata, no sólo existe contención sino que además es posible participar democráticamente, aún con posicionamientos políticos diferentes.
-¿Cuáles son los nuevos desafíos para esta nueva etapa que comienza con las elecciones del sindicato?
Son variados y, obviamente, más de uno. Primero hay una incorporación de nuevos compañeros, jóvenes, que poco a poco se van sumando a la organización. Y allí hay una primera disputa que tiene que ver con el concepto de banda y el concepto de organización, que es la tendencia del sistema en relación a los jóvenes. Y por otro lado, todo lo vinculado a la toma de conocimientos y a comprender el concepto de que esto no empieza cuando uno llega como así tampoco termina cuando uno se va. Todo eso tiene que ver con la necesidad de disputar culturalmente, la importancia de la existencia de una organización sindical, el por qué, el para qué. Debemos entender que nada de lo que obtenemos es por beneficencia o por el regalo de ningún poder instituido, sino que es consencuencia de una gestión y lucha, imprescindible y necesaria para, no sólo sostener y ampliar nuestros derechos, sino también para hacer las transformaciones que son imprescindibles en nuestro país.
Por Melisa Zenobi de agenciaacta.org