Las escuelas normales rurales se erigen en la actualidad como el último bastión de la histórica Revolución Mexicana. Su misión es formar estudiantes críticos, con ideales progresistas y conciencia social que transformen la realidad en México y defiendan los derechos de los pobres. Sin embargo, estas loables características han convertido estas escuelas en objeto de represión e indiferencia del Estado.
Las normales rurales surgieron para brindar educación gratuita a campesinos e indígenas que viven en las zonas rurales más remotas de México. Estos jóvenes son formados como docentes de primaria que luego imparten clases a cientos de niños y niñas de sus propias comunidades, los cuales se convierten en los futuros profesionales del país.
La reciente desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa el pasado 26 de septiembre hizo que el mundo entero fijara su mirada en esa pequeña localidad rural de México.