Porque «Son 30 mil y fue un genocidio», este 24 la CTA Autónoma ganó las calles en todo el país

Como cada 24 de marzo, la CTA Autónoma movilizó de Ushuaia a La Quiaca para exigir Memoria, Verdad y Justicia. Ante el intento del Gobierno de poner en duda la cantidad de compañeros detenidos desaparecidos, desde la Central dijimos: «Son 30.000 y fue Genocidio».

La concentración comenzó pasado el mediodía, miles y miles de personas, de diversas organizaciones sociales, políticas, sindicales, de Derechos Humanos, de migrantes, estudiantiles, familias enteras, con adolescentes, niños, niñas y bebés llenaron las calles desde el Congreso a Plaza de Mayo para volver a exigir Memoria, Verdad y Justicia. Pero este año tuvo un dato no menor: ante los intentos del Gobierno nacional de poner en duda la cantidad de compañeros y compañeras detenidos desaparecidos, todos y todas gritaron: «Son 30 mil y fue un genocidio».

El 2 de abril de 1976, Martínez de Hoz dio su primer discurso. Durante dos horas anunció a los argentinos los objetivos de la dictadura. Las primeras medidas fueron congelar los sueldos de los trabajadores que cayeron un 40%. También se eliminaron los controles sobre precios de los productos básicos de consumo masivo y se promovieron las importaciones con el claro fin de destruir la industria nacional. Según datos del investigador Bruno Nápoli, en la actualidad, 411 leyes de la dictadura siguen vigentes, entre ellas la de Entidades Financieras.

Ricardo Peidro, Secretario General Adjunto de la Central, desde el corazón de la movilización en Capital Federal, afirmó: “Es conmovedor ver este pueblo que es heroico. Cada vez que venimos a la Plaza, sabemos que estamos con nuestros 30 mil compañeros y compañeras. Cuando vemos la cantidad de columnas organizadas, de familias y personas en general que vienen a esta movilización, confirmamos que no nos han vencido y que estamos en un camino que no tiene retorno”.

«La deuda pendiente es determinar las responsabilidades de los civiles que instigaron, financiaron o se beneficiaron con el golpe. Esta es sintéticamente la postura de la CTA. Pero además y junto a esto, seguimos sosteniendo las banderas históricas de nuestros compañeros asesinados por la dictadura. Queremos tener una vida digna, es decir, gozar de todas las garantías democráticas, tener un salario digno, educación, vivienda, salud. Todo lo que el gobierno vulnera todos los días», añadió Peidro.

“Esto es fundamental para el pueblo argentino. Marcar la cancha cada 24 de marzo, donde decimos con mucha claridad: Nunca más. Que tenemos memoria, que queremos justicia y que la justicia se consigue con verdad. En esta democracia en la que nos gobiernan los grupos económicos que se beneficiaron en la dictadura, y las contradicciones se resuelven con más democracia y participación popular”, dijo Oscar “el Colo” de Isasi, Secretario General de CTA Buenos Aires.

Por su parte, Hugo “Cachorro” Godoy remarcó: “Inundar las calles con nuestro pueblo, ser parte de esta conciencia colectiva que sostiene la memoria y el reclamo de verdad y justicia es lo mejor que nos puede pasar. Esto que vemos acá se reproduce en todo el territorio nacional y, como lo fueron las marchas de estas semanas, es una muestra de cómo nuestro pueblo sale a la calle a defender una perspectiva de futuro diferente”.

Margarita Noia, Secretaria de Derechos Humanos de la CTA Autónoma Capital dijo: “Cuando nosotros decimos ‘Nunca Más’ es nunca más a los golpes, nunca más a la persecución de trabajadores -porque la mayoría de los detenidos y desaparecidos eran trabajadores- porque cuando rompen la organización de los trabajadores es solo cuando logran vencernos, y nosotros no tenemos que permitir que nos venzan, tenemos mucho por lo que luchar”.

El espacio nacional No a la baja estuvo presente entendiendo que la lucha de los 30 mil también era por una patria donde los niños, las niñas y los jóvenes tuvieran una vida digna.

A 40 años de la Carta Abierta a la Junta Militar

Este 24 de marzo se cumplen también 40 años de la Carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar. Seguramente esta tarde, a todos y todas nos quedarán guardadas en la memoria algunas de sus palabras: “Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9 por ciento y prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial (…) Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40 por ciento, el de ropa más del 50 por ciento, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares (…) basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convierte en una villa miseria de 10 millones de habitantes”.

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